Alfonso Palacio se sale del mapa: Un museo más grande y más conectado, el legado de los 12 años como director
Para el nuevo ciclo queda rematar la ampliación, crecer en presupuesto y afianzar la estructura del equipo

Alfonso Palacio se sale del mapa: Un museo más grande y más conectado, el legado de los 12 años como director / LNE
Alfonso Palacio, director del Bellas Artes de Asturias desde 2013, se despedirá de la pinacoteca la próxima semana. Su incorporación, en febrero, al Prado como director adjunto pone fin a un ciclo de doce años en que el museo asturiano se ha hecho más grande por dentro y por fuera. De forma muy evidente, con el edificio de la ampliación, obra del arquitecto navarro Patxi Mangado, inaugurado en 2015. Esa cara nueva para el Bellas Artes también supuso abrir una nueva puerta a una de las plazas más concurridas de la capital de la región y con ella entraron también más visitantes, más artistas, más colaboradores y más amigos.
El programa con el que Palacio se incorporó a la dirección del Bellas Artes en 2013 pretendía avanzar hacia un modelo de museo lo más abierto posible a la sociedad, y entre sus logros de estos 12 años considera, con orgullo, que la puesta en marcha de la asociación de amigos de la pinacoteca, hoy con 1.400 socios, confirma esa ambición. Pero no sólo.
Una de las primeras acciones que se pusieron en marcha en 2013 fue la programación de actividades de forma sistemática y planificada. Las exposiciones, la incorporación de proyectos específicos de jóvenes artistas contemporáneos asturianos, los ciclos de cine, series como la obra invitada. Todas esas líneas de actuación empezaron a funcionar muy pronto y se fueron enriqueciendo con los años, a la vez que en un museo en el que pasaban otras cosas también entraba otro tipo de público.
El Bellas Artes fue (y sigue siendo) uno de los éxitos imbatibles del programa de la Noche Blanca, por más que el público conozca y pise sus salas durante el resto del año. En ese aspecto, el de los visitantes, el crecimiento del museo también se puede medir. Habiendo llegado en algún momento a rozar los 70.000 visitantes, en 2012 cerró el año por debajo de los 50.000. En estos años la recuperación ha sido imparable, alzándose por encima de los 100.000 y con récord de 145.000 visitantes en 2024. En ese estirón ayudó el nuevo edificio. Palacio se encontró con las obras al ralentí y logró desbloquearlas y llegar a la inauguración del nuevo edificio en 2015. En sus tratos con la administración, y tras nuevos retrasos, también logró que la segunda fase de la ampliación se pusiera en marcha.
El último ciclo del Bellas Artes no ha sido todo lo luminoso que promete el nuevo edificio. Hubo también problemas serios. El principal, la falta de presupuesto, lo que se tradujo en un déficit de personal severo. Hasta hace poco más de un par de años el Bellas Artes no había podido cubrir las vacantes de dos conservadores y responsable de programas educativos. Por otra parte, las estrecheces económicas frenaron la ampliación de la colección. Con los fondos congelados para la adquisición de obra, Palacio supo paliar el largo invierno negociando distintas cesiones con otros museos y tuvo el regalo de donaciones tan importantes como las de Plácido Arango y la del Conde de Villagonzalo. Ese también es el legado de estos años.
La nueva etapa que se abre por delante del Museo de Bellas Artes de Asturias después de 45 años de historia y ante el cambio en la dirección de la pinacoteca viene marcada por un camino ya iniciado en el anterior ciclo y, en parte, irrenunciable. El futuro del museo pasa por seguir haciéndose más grande y conseguir más recursos para alimentar su metabolismo.
Alfonso Palacio deja la institución con las obras de la segunda fase de la ampliación en marcha aunque solo ejecutados en su primer hito, el de la demolición del edificio anexo al Palacio de Velarde en cuyo lugar ahora se levantará un nuevo volumen. Después de destruir queda la construcción y, por último, la adecuación. El nuevo edificio marca, de alguna forma, la proyección del museo. Un nuevo montacargas y un espacio para el trabajo de restauración facilitarán el trabajo con la colección. Un nuevo salón de actos, cafetería y tienda harán posible mejorar e incrementar los programas de actividades complementarias que en la actualidad tenían que peregrinar de tanto en tanto a casas vecinas, como la del Colegio de Abogados de Asturias.

Más espacio y más dinero, el camino para la pinacoteca del futuro | DAVID CABO
La cafetería y la tienda del museo pueden parecer cuestiones menores pero forman parte de esa progresiva sincronización de la pinacoteca asturiana con el ecosistema museístico contemporáneo. El Bellas Artes aspira a ser lo que cualquier otro museo de su tamaño y su importancia, dada la de su colección.
Por tanto, entre los cometidos de la nueva persona que resulte elegida para dirigir la institución durante los próximos años, también debería estar la negociación de un presupuesto acorde con el prestigio que el Bellas Artes ya atesora y que no quiere perder. Museos de bellas artes de Valencia, Sevilla o Bilbao tienen presupuestos que oscilan entre los 7 y los 10 millones de euros. El de Asturias tiene 3 millones. Y para la adquisición de obras de arte, un capítulo que estuvo congelado durante años, ahora hay 150.000 euros. Las cantidades son ridículas. En un cálculo de mínimos, el objetivo sería llegar a los 5 millones de presupuesto, con uno para nuevas incorporaciones.
Ese dinero tendría que servir para dotar de personal suficiente a la institución. Aunque en los últimos años se han ido cubriendo algunas vacantes, todavía faltan algunos puestos claves, como un conservador de contemporánea, y el personal de algunas áreas críticas, como la de seguridad, sigue siendo escaso. Esas carencias se hacen más visibles a medida que el Bellas Artes sigue creciendo en visitantes, y la previsión, con la inauguración del edificio de la ampliación, es que lo seguirá haciendo en los próximos años.
Dar el salto a esa nueva categoría, con más espacio y más dinero, y saber aprovecharla para que el museo siga potenciando y enriqueciendo su relación con la sociedad asturiana es el gran reto que tiene ahora por delante la nueva dirección.
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