Fallecimiento
Muere Aga Khan, líder de los musulmanes ismailíes e íntimo amigo del rey Juan Carlos
Descendiente directo de Mahoma, compartió pupitre en su infancia con el emérito en Suiza e impulsó en la Mallorca una regata de maxiyates a motor, en compañía de Alberto de Mónaco

Aga Khan y el rey Juan Carlos
Gabi Rodas
El Aga Khan, descendiente directo de Mahoma, príncipe sin reino, imán de los ismailíes, una rama del islam chií, multimillonario y filántropo, e íntimo del rey Juan Carlos I, ha muerto este martes en Lisboa a los 88 años de edad, ha informado su fundación Red de Desarrollo Aga Khan.
"Su Alteza, el príncipe Karim Al Hussaini, Aga Khan IV, 49º imán hereditario de los musulmanes chiítas ismailitas y descendiente directo del Profeta Muhamad (la paz sea con él), falleció pacíficamente en Lisboa el 4 de febrero de 2025, a la edad de 88 años, rodeado de su familia", ha anunciado la fundación del líder espiritual de los musulmanes ismailíes, si bien no ha precisado las causas del fallecimiento.
En el mismo mensaje publicado en su cuenta de la red social X, la Red de Desarrollo Aga Khan ha señalado que el nombre del “sucesor designado se hará público más adelante”. Asimismo, ha transmitido “sus condolencias a la familia” del príncipe, así como a la “comunidad ismailita de todo el mundo”, que tiene entre 12 y 15 millones de miembros, según la página web de la organización.
Compañero de pupitre del rey emérito
Nacido en Suiza el 13 de diciembre de 1936, Karim Aga Khan IV compartió internado suizo durante su infancia con el entonces príncipe Juan Carlos de Borbón, entablando una estrecha amistad que se ha prolongado hasta el final de sus días. Lo hicieron en el internado de Saint-Jean en Friburgo, el colegio más exclusivo del mundo.
Aga Khan fue también valedor de la infanta Cristina en una fundación que lleva su nombre en Ginebra. La hija del emérito viajó hasta la ciudad suiza para poner distancia a los problemas judiciales que se cernieron sobre su exmarido Iñaki Urdangarin.
La casa real española: uno de los nuestros
La casa real española, al igual que la británica, siempre le consideró uno de los suyos, y fue invitado a muchos acontencimientos familiares. Con el rey emérito, que hace cinco años se marchó de España para trasladar su residencia en Emiratos Árabes, compartía el entusiasmo por las actividades náuticas, una de sus grandes aficiones junto a los caballos. Urbanizador de Cerdeña, fue en Porto Cervo, la capital de la Costa Esmeralda, donde cultivó su amor por la náutica y donde salió a navegar en repetidas ocasiones con Juan Carlos.
Intensa vinculación con Mallorca
Un intensa vinculación con Mallorca adquirió ribetes comerciales cuando compró la compañía aérea Hispania. Una de sus empresas más singulares en la isla, tal y como recoge Matías Vallés en su obra ‘Mallorca siglo XX. Un destino obligado’, fue “la organización de una regata de maxiyates a motor, en compañía de don Juan Carlos y de Alberto de Mónaco, que fue ganada por el Shergar del ismaelita. La visita que alcanzó mayor repercusión tuvo lugar en junio de 1990, para la entrega de trofeos de la citada competición. La fiesta consiguiente se sumó a las repercusiones de la Guerra del Golfo, hasta cambiar radicalmente el perfil de las vacaciones de Don Juan Carlos. La Zarzuela llegó a anunciar que Marivent compartiría su papel de residencia estival con el palacio cántabro de Sobrellano”. En aquella cena de entrega de premios, reyes, príncipes aristócratas y magnates coincidieron en la terraza del Casino. También estuvo Marta Gayá, resplandeciente a sus 41 años, toda una coronación para la mallorquina.
Yvette Labrousse, la Miss Francia que se convirtió en la Begum y que también fue esposa del Aga Khan, estuvo dos veces en Mallorca durante el verano de 1963, efectuando las compras más extrañas: un kilo de gambas en el Port de Sóller, adonde llegó a bordo del yate Noor el Salaam; y vidrio mallorquín en Can Gordiola y un abanico de cinco duros en las tiendas próximas a la Catedral.
Hace poco más de un año, en enero de 2024, uno de sus yates, el Alamshar, considerado uno de los más veloces del mundo, estuvo atracado unos días en Port Adriano. El rey de los ismaelitas pagó 250 millones de euros por el barco, una cantidad que se presume asumible para uno de los hombres más ricos del mundo. Khan posee una fortuna estimada en 2.400 millones de euros, según Forbes, y con unos ingresos anuales de 477 millones de euros al año procedentes de sus numerosas compañías y acciones.
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