El Padre Ángel lleva La Santina al Papa y el Vaticano anuncia una leve mejoría

El Padre Ángel llevó ayer La Santina a las puertas del Hospital Gemelli, donde el Papa sigue ingresado con pronóstico reservado con un diagnóstico de neumonía bilateral, y el Vaticano anunció una "leve mejoría" en el estado del pontífice tras un fin de semana con varias crisis.

El presidente de Mensajeros de la Paz viajó hasta Roma acompañado por el padre Carlos de Jordania para rezar por el Papa Francisco y llevarle el apoyo de toda la Iglesia. "Vamos a llevarle la Santina de Covadonga", explicó a LA NUEVA ESPAÑA antes de desplazarse a la capital italiana, "y todas las oraciones que hacemos desde la Iglesia de San Antón, con los más de cuatrocientas personas que desayunan y que antes han tiritado de frío en la calle. La oración a La Santina del padre Ángel por el Papa comienza: "Santina de Covadonga . Rezamos y te pedimos por el paa Francisco que tanto nos quiere y le queremos Cuídale , bendícele y protégele". "Muchas oraciones y buena onda te traemos", añade el Padre Ángel que se hace eco de las palabras del pontífice cuando pide: "rezad por mí y también a los que no creen mandarme buena onda".

El papa Francisco, indicó el vaticano, mostró ayer una "leve mejoría" en su décimo día ingresado en el Gemelli de Roma. No ha sufrido otras crisis respiratorias, lo que le ha permitido retomar algunos deberes laborales. Sus condiciones, confirmó el Vaticano en su boletín diario, sigue siendo "crítico" pero, no obstante, demuestran "una leve mejoría".

"Tampoco en la jornada de hoy se han verificado episodios de crisis respiratorias asmáticas. Algunos exámenes del laboratorio han mejorado", reza el parte. simismo, el control de la "leve" insuficiencia renal detectada el día anterior "no suscita preocupación". El papa continua con la terapia de oxígeno, pero con flujos a un porcentaje "levemente reducidos" a los días anteriores.

Los médicos que lo cuidan a todas horas, ante la complejidad de su cuadro clínico, prefieren mantener el pronóstico reservado. Francisco, de 88 años y a quien en su juventud le fue extirpada una parte de pulmón, fue hospitalizado el 14 de febrero por una bronquitis con infección polimicrobiana a la que se sumó la neumonía bilateral. Por ahora prosigue con su tratamiento en el apartamento que los pontífices tienen desde tiempos de Juan Pablo II en la décima planta de este hospital.