Si tomas el café en cápsulas estás bebiendo aluminio: así afecta a tu salud

En los últimos años, se ha puesto cada vez más de moda el consumo del café en cápsulas, puesto que es más rápido y cómodo de preparar. Según los datos aportados por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, en 2020 en siete de cada diez hogares españoles se consumía el café de esta forma.

El problema principal de este producto está en su envase, que contiene furanos y aluminio. El furano es un compuesto orgánico que ya está presente en el café en su fase de tueste, pero cuando lo encontramos en cápsulas este componente se concentra en mayor medida.

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Según un estudio de la Universidad de Barcelona, estos niveles tan altos son a causa de que las cápsulas están cerradas herméticamente y de esta forma no se libera el furano. Como se necesita una presión más alta de agua para preparar el café de esta manera, se termina liberando este compuesto en la bebida resultante. Sin embargo, afirman que estas cantidades no superan el máximo aceptable para nuestra salud, se tendrían que consumir más de 30 cápsulas al día de 30 ml para que esto tuviese una repercusión considerable en nuestro organismo.

En cuanto a la presencia del aluminio, se puede apreciar que las cápsulas van recubiertas por una capa fina de aluminio. Esta característica del material se ha relacionado con riesgos de salud e incluso con riesgo cancerígeno. No obstante, en 2008 la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria ya advertía de la poca veracidad de estas afirmaciones. La presencia del aluminio en los alimentos está regulada por la ley por el Reglamento 19/2011, que marca límites sobre el contacto entre el envase y los alimentos que contengan.

Con todo esto, se recomienda también mantener las condiciones de higiene y limpieza de nuestras cafeteras porque un mal uso de las mismas puede generar la creación de microorganismos en la máquina y en consecuencia en nuestro café.