ALIMENTACIÓN

Celiaquía: una cuestión de salud... y del bolsillo

Comprar sin gluten tiene un sobrecoste de hasta mil euros al año. Estos pacientes reclaman la bajada de precio de los productos libres de gluten porque no los consumen por gusto o por modas, sino por salud.

Varios productos sin gluten.

Varios productos sin gluten. / Efe

Ágatha de Santos

Vigo

La cesta de la compra continúa siendo el caballo de batalla de las personas con celiaquía. La oferta de productos para celiacos no es comparable a la de hace diez años, pero la diferencia entre una compra con gluten y otra sin gluten no es nada desdeñable: más de 1.000 euros más al año en el caso de que en la familia haya un miembro con esta patología autoinmune. Sin embargo, dado su componente genético, es habitual que haya más de un celiaco en el núcleo familiar, por lo que el sobrecosto se dispara, según Nuria Colmenero, responsable de restauración y seguridad alimentaria de la Asociación de Celiacos de Galicia (ACEGA).

«Aunque la situación es mejor que hace diez años, seguimos sin conseguir que se rebaje el precio de los productos sin gluten. Por ejemplo, un paquete de pasta sin gluten cuesta tres euros y pico; uno con gluten no llega a los dos», expone Colmenero.

Estos enfermos reclaman ayudas para poder hacer frente al sobrecosto que les produce alimentarse. «La celiaquía no es un capricho, es una enfermedad», afirma Colmenero, que apunta que el único concello de Galicia que ayuda a sus vecinos con celiaquía es el de Barbadás, en Ourense. Asimismo reclaman un código de diagnóstico para la enfermedad con el objetivo de conocer cuántas personas la padecen en España.

Avanzar en la concienciación

A pesar de que no es una desconocida, aún queda mucho trabajo de información y concienciación que hacer, según Nuria Colmenero, ya que mucha gente cree aún que se trata de una intolerancia al gluten y no de una enfermedad multisistémica con base autoinmune provocada por el gluten y prolaminas relacionadas en individuos genéticamente susceptibles. El daño puede impedir que el cuerpo absorba vitaminas, minerales y otros nutrientes de los alimentos que se consumen, lo que puede provocar desnutrición y otros problemas de salud graves.

Sin embargo, excluir el gluten de la dieta por moda es una tendencia que perjudica a estos enfermos. «Nosotros siempre decimos que no se debe dejar de consumir gluten ni ninguna otra proteína si no es por prescripción médica porque puede tener efectos negativos en la salud. Pero, además, la moda de suprimir el gluten hace que a las personas celiacas no se nos tome en serio», remarca.

La celiaquía puede llegar a ser muy limitante, especialmente en el plano social, ya que para estos enfermos comer fuera de casa puede resultar una odisea. «No solo es que no podamos comer productos con gluten, es que no puede haber contacto cruzado y esto, aunque se ha mejorado mucho en los últimos años, no todos los establecimientos hosteleros lo pueden garantizar», añade Colmeiro.

«La moda de no consumir gluten hace que no se nos tome en serio»

Nuria Colmenero

— Celiacos Galicia

La prevalencia estimada de la enfermedad celiaca en los europeos y sus descendientes es del 1%, siendo más frecuente en las mujeres. Asimismo, se calcula que en España hay hasta un 70% de personas con celiaquía sin diagnosticar, lo que pone de manifiesto la importancia de realizar un correcto diagnóstico, por su elevada frecuencia, por la afectación que supone a la calidad de vida de quien la padece y por la posibilidad de desarrollar patologías más graves provocadas por no comenzar el tratamiento. Por ello, y con motivo del Día de la Enfermedad Celiaca que se conmemora este viernes, 16 de mayo, la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD) busca concienciar sobre esta patología y la importancia de realizar un diagnóstico correcto basado en la fiabilidad de las pruebas, descartando otras patologías con las que comparte algunos síntomas, como el síndrome del intestino irritable.

«De entrada, el diagnóstico de la enfermedad celíaca debe plantearse en personas con síntomas susceptibles de serlo o en aquellas que tienen más riesgo de padecerla. como, por ejemplo, aquellas que padecen diabetes de tipo 1 o familiares celiacos», declara el doctor Luis Fernández Salazar, experto de la FEAD.

Síntomas

En este sentido, la enfermedad celíaca presenta síntomas digestivos y extradigestivos como cambios en el ritmo intestinal, dolor abdominal o meteorismo, cansancio, estreñimiento, fatiga, pérdida de peso en adultos o no suficiente aumento de peso en niños, depresión y ansiedad, dolor de huesos o articulaciones e irritabilidad (en niños).

ACEGA, que aglutina más de 2.000 familias con personas celiacas, celebra este día el domingo con su IV Feria Gastronómica de Galicia sin Gluten, que reunirá en Santiago a más de 700 personas y a más de veinte obradores y marcas comerciales que comercializan y elaboran productos aptos para personas celiacas. Esta cita, que se celebrará desde las once de la mañana a las seis de la tarde, incluirá diversas actividades, sorteos, música y degustaciones gastronómicas.

Un diagnóstico seguro

Para que el diagnóstico de la enfermedad celiaca sea seguro hay que tener en cuenta que en el momento que se plantea la detección la persona no haya retirado el gluten de su dieta, «cosa que no es infrecuente, dada la popularidad que ha adquirido la dieta sin gluten» , explica el doctor Luis Fernández Salazar. «Se realiza un análisis de sangre en el que se busca la detección de una inmunoglobulina de tipo A frente a la transglutaminasa tisular y si este sale positivo se comprueba el diagnóstico con una biopsia de la mucosa duodenal», especifica este especialista de la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD).

Según el especialista de la FAD, es muy importante tener en cuenta que este diagnóstico debe ser firme y basarse en «datos objetivos. «Primero porque hay que explicar los síntomas que padece el paciente y, además porque el diagnóstico de enfermedad celiaca implica la necesidad de seguir una dieta sin gluten toda la vida, por ello la dificultad en su cumplimiento exige un diagnóstico seguro», detalla.

Sin embargo, pueden darse casos en los que el test de sangre resulte negativo y la sospecha de que se trate de celiaquía sea consistente para lo que es necesario «realizar una biopsia de la mucosa que apoye el diagnóstico de enfermedad celiaca, tener en cuenta otros diagnósticos, y comprobar que la dieta sin gluten conduce a una resolución del cuadro», añade. En este sentido, se han ido desarrollando nuevos procedimientos, entre ellos está el análisis genético cuya utilidad, en el momento actual, radica no en identificar celiacos, sino en la posibilidad de identificar quién puede serlo.

Aun así, se dan situaciones en las que, aunque no se cumplen los criterios mencionados para el diagnóstico, las personas reconocen una relación muy estrecha entre el consumo de gluten y la aparición de determinados síntomas compatibles con celiaquía. «Esta situación es la que se denomina como sensibilidad al trigo no celíaca y aquí la principal diferencia es que la celiaquía se diagnostica con criterios y pruebas medibles, mientras que para la sensibilidad al trigo no celiaca no disponemos, de momento, de biomarcadores y criterios diagnósticos claros», confirma el experto.

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