Ni se te ocurra comprar en estas tiendas de ropa: la Guardia Civil amenaza con sanciones

Las famosas redes de falsificación de ropa están cada vez más perseguidas por las autoridades

Prendas de ropa.

Prendas de ropa. / Europa Press

Anelin V.G.

Se ha desmantelado en Elche una de las muchas redes de falsificación de ropa que operan en España. Estas organizaciones se dedican a fabricar, distribuir y comerciar ropa, accesorios y calzado de marcas de deporte o de lujo que no son originales.

En este caso se han encontrado más de 35.000 artículos falsificados que se distribuían en zonas turísticas del litoral alicantino. El procedimiento que se seguía para sortear las autoridades consistía en modificar los productos para burlar los controles y después revertirlos para imitar a los originales. El material requisado tenía un valor estimado de más de 780.000 euros.

Cada vez son más comunes estos puestos deambulantes en mercadillos o zonas concurridas de las ciudades. Y como consumidores, ¿esto tiene consecuencias? La respuesta es que sí. En España la comercialización de productos falsificados se considera una infracción grave contra los derechos de la propiedad industrial.

Es por esto que la ley sanciona tanta la producción como la venta con multas o incluso penas de prisión de entre 6 meses y 4 años. Para la otra cara de la moneda, los compradores, en algunos países vecinos como Francia la compra de estos artículos se sanciona con una multa como mínimo.

En España, sin embargo, no existe una sanción la compra para un uso personal. Esto no quiere decir que los actos no tengan consecuencias de otro tipo, como el daño que esto supone para las marcas. Se debe tener en cuenta que las firmas originales son empresas que invierten en innovación y calidad, además de que contribuyen a la recaudación fiscal porque pagan impuestos para poder funcionar.

Este tipo de comercio sumergido provoca a los comercios una pérdida anual de al menos un diez por ciento. España es, de hecho, el segundo país de la Unión Europea en el que se compran más falsificaciones. Los principales exportadores de estos artículos son China y Turquía, aunque en España también se producen imitaciones, estas son a menor escala.

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