Un juez anula el despido de un jefe de sala acusado de ausentarse borracho: "Pensó que le daban el día libre"
El trabajador aseguró que había entendido mal a su jefe

Un camarero. / Freepik
El Tribunal Superior de Justicia de Baleares ha confirmado que el despido de un jefe de sala por parte de la empresa una empresa de hostelería fue improcedente, al considerar que no quedó acreditado que su ausencia al trabajo fuera injustificada ni que hubiera actuado de mala fe. El trabajador había avisado de que llegaría tarde a su turno y, tras una conversación telefónica con el gerente entendió que no era necesario acudir ese día. Sin embargo, fue despedido por falta muy grave, con antecedentes relacionados con el consumo de alcohol y otras sanciones anteriores.
El caso se remonta al 2 de julio de 2023, cuando el trabajador llamó antes de su turno (que comenzaba a las 17:00 horas) para avisar de que se incorporaría una hora más tarde. Minutos después, recibió una llamada del gerente en la que, según su versión, le dijeron que no hacía falta que acudiera. Al no presentarse, fue despedido por reincidencia en faltas graves, abuso de confianza y transgresión de la buena fe contractual.
La empresa alegó que ya había sido sancionado por consumir alcohol en el trabajo y por ausencias anteriores no justificadas, y que ocupaba un puesto de responsabilidad que exigía ejemplaridad. Según la carta de despido, su comportamiento afectó al funcionamiento del servicio y quebró la confianza empresarial.
El trabajador, sin embargo, defendió que su ausencia fue fruto de un malentendido, que pensó que se le estaba compensando por una jornada maratoniana de quince horas realizada días antes, y que en ningún caso actuó con mala intención.
El juzgado de lo Social nº 1 de Palma declaró el despido improcedente y ahora el Tribunal Superior confirma el fallo: no ve pruebas de una conducta dolosa ni de una gravedad suficiente que justifique la sanción máxima. Además, aplicó la doctrina de la gradualidad, que exige ponderar las circunstancias antes de imponer un despido disciplinario.
La Sala también ha dado la razón al trabajador en su reclamación de diferencias salariales. Determina que la empresa debía haberle aplicado desde enero de 2023 el convenio sectorial de hostelería de Baleares, no el anterior convenio de la empresa. Esto implica que su indemnización sube a 16.196 euros y que la empresa deberá pagarle otros 4.266 euros por conceptos pendientes, como festivos no abonados y diferencias de convenio
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