Casi un tercio de los productos menstruales reutilizables contiene trazas de "químicos permanentes", unas sustancias potencialmente nocivas

Una investigación internacional liderada por científicos de la Universidad de Notre Dame, en Estados Unidos, desvela que casi un tercio de los productos menstruales reutilizables contiene trazas de los llamados "químicos permanentes", unos compuestos extremadamente resistentes que, según apuntan varios estudios, a la larga pueden desencadenar ciertas alteraciones del sistema inmunológico, disminución de la fertilidad y hasta un aumento del riesgo de ciertos tipos de cáncer. Según explican los investigadores responsables de este trabajo, publicado este martes en la revista 'Environmental Science & Technology Letters', la presencia de estas sustancias en productos menstruales preocupa porque, por un lado, estos "químicos pueden ser absorbidos a través de la piel por las usuarias" y provocar daños en su salud y, por otro lado, pueden "dejar una huella permanente en los ecosistemas" una vez son desechados. "Urge abrir un debate sobre su regulación y su uso", reivindican los expertos.

La etiqueta "químicos permanentes" se utiliza para designar todos aquellos productos que contienen sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS, por sus siglas en inglés) y que, en la práctica, incluyen a una amplia familia de compuestos químicos sintéticos que se caracterizan por su extraordinaria resistencia al calor, al agua, al aceite y a las manchas. Precisamente por esa estabilidad tanto química como térmica, estos compuestos han sido apodados como "químicos permanentes" ya que no se degradan fácilmente en el medio ambiente ni en el organismo. Su uso empezó a popularizarse a mediados del siglo XX en una infinidad de productos de consumo como sartenes antiadherentes y textiles impermeables pero décadas más tarde, casi en el cambio de siglo, empezaron a surgir estudios alertando sobre su potencial impacto en la salud.

Algunos estudios sugieren que el contacto prolongado con estas sustancias puede provocar ciertas alteraciones del sistema inmunológico, disminución de la fertilidad y hasta un aumento del riesgo de ciertos tipos de cáncer

Análisis químico avanzado

En el caso de este último estudio, liderado por Graham Peaslee y Alyssa Wicks, los investigadores se centraron en evaluar la presencia de PFAS en productos de higiene femenina reutilizables, una categoría que hasta ahora había escapado al escrutinio científico. El estudio analizó más de 70 artículos disponibles en el mercado global, incluyendo ropa interior menstrual, compresas de tela, copas menstruales y productos reutilizables para la incontinencia comercializados en Europa, Estados Unidos, Sudamérica y Asia. Los resultados, explican los científicos, desvelan que el 71,2% de las muestras analizadas contenían "niveles bajos y no intencionados" de PFAS, posiblemente derivados del embalaje. También se detectó que un 33% de la ropa interior menstrual y un 25% de las compresas reutilizables presentaban niveles más elevados de estas sustancias, lo que según los investigadores implica que "estos compuestos fueron usados de forma deliberada durante la fabricación".

El estudio analizó más de 70 artículos comercializados en Europa, Estados Unidos, Sudamérica y Asia

"Nos sorprendió descubrir que casi un tercio de estos productos menstruales reutilizables se fabrican con PFAS, especialmente considerando que se dirigen a un público ambiental y sanitariamente consciente", afirma Graham Peaslee, físico y autor principal del estudio. "Estos artículos, que entran en contacto directo con zonas sensibles del cuerpo, pueden representar un riesgo no solo para quien los usa, sino también para el medio ambiente cuando se desechan, ya que sabemos que estos químicos permanentes persisten cuando terminan en vertederos, contaminando los sistemas de riego y agua potable para todos nosotros", comenta el especialista tras la publicación de estos hallazgos.

Materiales alternativos

Según explican los responsables de este trabajo, en el que se analizaron 323 muestras de productos mediante técnicas de espectroscopia, uno de los datos más reseñables es que "solo una fracción de los fabricantes parece emplear PFAS de forma intencionada", lo que demuestra que es posible producir este tipo de artículos sin recurrir a estos compuestos."Que solo un subconjunto de marcas utilice PFAS significa que no son esenciales para fabricar productos eficaces y sostenibles", subraya Wicks, quien también explica que el estudio en sí no revela los nombres de las marcas ni los niveles específicos detectados, con el objetivo de centrar el debate en la necesidad de transparencia y regulación más que en el señalamiento público.

"Sabemos que los PFAS son problemáticos, pero ignoramos cuánto se transfieren realmente al cuerpo a través del uso cotidiano de estos productos"

Este trabajo se enmarca en una línea de investigación que ha cobrado fuerza en los últimos años. Ya en 2019, un análisis realizado por el mismo equipo para la revista Sierra Club detectó PFAS en ropa interior menstrual, lo que desencadenó demandas millonarias contra algunas marcas. En 2023, a petición del New York Times, también se realizó un análisis de 44 productos menstruales y para la incontinencia y se confirmó que la presencia de estos químicos. Mientras, estudios paralelos en otras instituciones han puesto el foco en el riesgo de absorción dérmica de estas sustancias, especialmente preocupante en productos de uso prolongado y contacto íntimo, y hasta ahora se han señalado varios riesgos potenciales pero todavía hay debate sobre la magnitud real del problema. "Sabemos que los PFAS son problemáticos, pero ignoramos cuánto se transfieren realmente al cuerpo a través del uso cotidiano de estos productos", apunta Peaslee.

Suscríbete para seguir leyendo