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"Barro", el nuevo disco de "Alberto & García": así consigue la banda asturiana el equilibrio entre folclore y rock

El álbum tiene una luminosa mirada a lo cotidiano

«Alberto & García», en una foto  promocional de «Barro». | HÉCTOR HERRERÍA

«Alberto & García», en una foto promocional de «Barro». | HÉCTOR HERRERÍA

Chus Neira

Chus Neira

Oviedo

Vuelven las canciones de "Alberto & García" en otoño como si fuera el inicio del verano, con esa mezcla cada vez más afinada de pereza, gozo y tristeza que tiene su música, feriante y procesional, crepuscular y matiné. "Barro", sexto en su discografía sin contar su directo en el Campoamor, recorre un tramo más en la misma dirección donde la banda asturiana lo había dejado en "La Herida", música pop trabajada con precisión relojera y alimentada por los lenguajes populares tradicionales –más de llá que de acá– y por la tradición rock anglosajona. En ese equilibrio se mueve todo el disco y A&G resultan, efectivamente, cada vez más equilibrados en esa doble condición musical por la que siempre han mostrado simpatía.

Aunque se podría contar que hay dos caras, y que en especial en la preciosa edición en vinilo esa dicotomía se siente de forma más evidente, con una primera parte más anglosajona y una segunda más latinoamericana, a la música de "A&G" ya se le han ido pegando y disolviendo todas las capas para desarrollar una sonoridad propia y muy reconocible donde el aquí y allá siempre está presente y resuelto. Ese equilibrio se hace muy evidente en canciones como "Procesión", maravillosa, trotona, urbana, campesina, que habla de amor y de lo que pasa en la calle y donde el saxo de Manu Nolas logra lo esencial y distinto –y no es la única vez que sucede en el disco–.

No es el único. Las guitarras de Víctor "Vicho" Gil aparecen justas y eficaces y la base rítmica de Dámaso García y Cristian Leiva hacen marchar con precisión todo el invento, ayudados por el percusionista argentino Martín Bruhn. Hay mucho compás en todo el disco y lujo en los arreglos. "A&G" siempre han tendido a eso, a no hacerlo mal pudiendo hacerlo bien. Pero cada vez lo hacen mejor.

"Barro", el lujo de la fiesta

"Barro", el lujo de la fiesta / LNE

Entiendo que la responsabilidad es compartida con su productor, Toni Brunet, que a fuerza mantenerse fieles han llegado a ser fraternales.

Se nota también que la voz de Alberto García ha ido ganando en el registro amargo, más cicatriz pero linda, mientras sus letras mantienen intacta la capacidad de alumbrar un mundo luminoso a pesar de todo ("Y que caiga un meteorito"). Por allí aparece también Quique González en "Trece", muy "The Band", todos los muchachos y el rock camarada, pero también Guada, delicioso folclore andino. El disco se cierra con la evanescente "C’est fini", con Alberto quitándose el chandal y poniéndose la pajarita. Camaleones capaces de pasar del escenario en la plaza al segundo pase en la cubierta del crucero, "A&G" cultivan la misma pasión. Si no me creen, el viernes presentan en Gijón, en el Albéniz. Avisados quedan.

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