Maxi Rodríguez

Sumiller

Maxi Rodríguez

El clero y dos más

Se llama UNO cuando debería de llamarse tres o mejor dicho dos porque en esta aventura empezaron tres socios, aunque uno de ellos se bajó del púlpito hace relativamente poco y son dos las patas que sostienen el banco. Tres amigos, entre ellos un cura que aportaba viñedos pero de su propiedad, no del clero, y que supongo no habrán llegado a sus manos por la desamortización de Mendizábal cuando los bienes de la Iglesia pasaban a manos privadas. En el País Vasco el clero siempre tuvo mucha fuerza. Pero sea como fuera, esos viñedos alaveses sean de quien sean procuran un vino blanco grato de beber, lejos de parecerse a sus congéneres de la costa, los de Vizcaya o los de Guetaria pues estos, probablemente por esas cosas de la maduración, son más frescos y más ácidos. Los chacolís alaveses bien elaborados, como es este caso, son vinos con más grasa y estructura.

Viñedos propios trabajados bajo una viticultura de mínima intervención y razonada, ubicados en tres zonas de producción localizadas en Artomaña y Lezama. La zona de Artomaña se caracteriza por sus suelos de carácter aluvial y profundo, con una climatología entre atlántica y continental, dependiendo de la añada. Mientras que las parcelas situadas en Lezama poseen unos suelos con alto contenido en arcillas y clima atlántico; altas precipitaciones y temperaturas más moderadas.

La lección la tienen bien aprendida a la hora de elaborar, no se complican la vida y no hacen cosas extrañas que, en muchas ocasiones, supone estropear el vino sin quererlo. Prensado en prensa vertical de bajo rendimiento (60% máximo) Fermentación espontanea con levaduras autóctonas en depósitos de inox de distintas capacidades; fermentación separada por parcelas y orientaciones. Para finalizar con una crianza sobre lías durante 5 meses. Tuve la ocasión de probar un par de añadas, la 2013 y esta 2014 que estamos comentando. La más joven me pareció mucho más rotunda con aromas bastantes intensos de flores blancas, mereciendo un buen trago en boca con un final ligeramente amargo que le vendría muy bien para acompañar un queso Idiazabal de pastor.

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