De forma habitual, imaginamos al especialista de la cultura clásica encerrado en un despacho atiborrado de libros, dedicado a desentrañar lo que cuentan los textos de los autores grecolatinos, como devoto admirador de las piedras que evocan civilizaciones pérdidas, o minucioso analista de enigmáticos textos o iconografías.
Nada más lejos de la realidad cuando se evoca la figura de Mary Beard, personaje que goza del apoyo del público en Reino Unido por su constante presencia en los medios de comunicación. Junto a la dirección del "The Times Literary Suplement", destaca también como autora de documentales para la BBC o de programas de radio, en los que intenta promover el conocimiento de la Roma Antigua a través de ciudades como Pompeya, entre otras cuestiones. Sin duda, busca ante todo demostrar la importancia de la cultura clásica, y de las Humanidades en general, para comprender la realidad del presente, aunque muchas de sus opiniones sean poco complacientes con el pensamiento dominante.
De ahí que no dude en polemizar sobre cuestiones de actualidad, con opiniones no siempre cómodas para los sectores biempensantes, sobre todo cuando, en su momento, sacó a la luz el profundo machismo que imperaba en los ambientes universitarios británicos, lo que le condujo a su defensa del feminismo; o cuando arremete contra el mal uso de las redes de internet, por los insultos y juicios que alegremente se pueden "colgar" en la red por los llamados "trolls", de lo que ella misma fue víctima y salió muy airosa. Su propio y seguido blog, "A don's life", muestra hasta qué punto a Mary Beard le interesa el presente, está al tanto de lo que ocurre a su alrededor y no duda en manifestar sus opiniones, aunque se muevan más bien en los márgenes de la heterodoxia.
Sobre estos aspectos de su intensa biografía se habla y hablará en los medios de comunicación a propósito del premio que se le acaba de otorgar. Sin duda, Mary Beard representa a una académica rompedora por su forma de actuar en los medios de comunicación, porque es consciente de la importancia de promover el conocimiento generado en la Universidad y difundirlo fuera de sus muros. En este sentido, parece seguir la estela de otro gran historiador, Moses I. Finley, que pasó muchos años de su vida en Reino Unido, tras sufrir un duro exilio, y que dedicó gran parte de su tiempo a explicar cómo funcionaban las sociedades antiguas, de lo que hablaba constantemente en los medios de comunicación. En Francia contamos con intelectuales igualmente mediáticos, como Paul Veyne, conocido por su ejercicio de una crítica demoledora, aunque más bien desde posturas nihilistas.
Pero sería injusto identificar a Mary Beard sólo como una gran comunicadora, que ciertamente lo es, o personaje mediático, si se considera el alcance de sus opiniones en un público que supera el ámbito universitario. Antes de convertirse en una figura conocida de los medios de comunicación, Mary Beard había consolidado ya una gran carrera universitaria, siendo un referente en los estudios sobre la Roma Antigua, destacando sus trabajos sobre las creencias religiosas de los romanos, sobre todo en los inicios de su carrera investigadora. De hecho, su tesis versó sobre la religión romana en la época de Cicerón, aunque no sea un autor por el que sienta especial predilección.
A poco que se haya leído su obra, muy extensa por el elevado número de libros y artículos, se podrá detectar el profundo conocimiento de la literatura grecolatina. Como corresponde a una experta en cultura clásica, igualmente conoce bien los materiales arqueológicos, como ha demostrado en sus estudios sobre el Partenón (2002) o Pompeya (2008), que nos sumergen de lleno en la Grecia antigua o en la vida en una ciudad romana. Se nota que está muy familiarizada con estos enclaves, que ha visitado en más de una ocasión.
Su capacidad de trabajo resulta asombrosa en los últimos años, ya que nos regala un nuevo libro cada dos o tres años. Entre otros trabajos, ha publicado obras fundamentales para comprender el mundo antiguo, desde la reivindicación de la cultura clásica, en "La herencia viva de los clásicos" (1995; editada en castellano, 2013), una obra por la que transitan desde Safo y Alejandro a Cleopatra, hasta sus reflexiones sobre "El triunfo romano" (2007), la ceremonia en la que los generales romanos eran identificados con Júpiter y recibían el máximo homenaje de sus conciudadanos.
Pero quizá deba llamarse la atención sobre las dos últimas, una con el sugerente título de "SPQR", recientemente traducido al castellano por Crítica (2016), la editorial con la que Mary Beard publica en España. Las siglas SPQR hay que leerlas como Senatus Populusque Romanorum y suponen un recorrido por la historia de Roma, sobre la que reflexiona en su etapa de plena madurez intelectual. Se ha dicho de esta obra que si los romanos hubiesen tenido una Mary Beard, su poder en el Mediterráneo no hubiese desaparecido.
Y como Mary Beard no deja de sorprendernos, el último trabajo publicado, aún no traducido al castellano, tiene que ver con la risa, titulándose "Laughter in Ancient Rome" (2016). Que no se engañe el público con esta obra, porque a partir de un concienzudo análisis del análisis del humor en la Antigua Roma, nos ofrece una magnífica obra sobre la sociedad romana a partir de sus reflexiones sobre lo que provocaba la risa, que podía ser irónica, perversa, sincera? Un libro que representa, sin duda, a una mujer de curiosidad infatigable y que añade un premio más a los muchos reconocimientos que ha tenido a lo largo de su vida. En los textos de esta especialista en Cultura Clásica, profesora de la Universidad de Cambridge, a la que yo no dudaría en calificar de gran historiadora, no sólo se descubre a los romanos y a las romanas en toda su diversidad, sino también su legado y lo que nos pueden enseñar para seguir comprendiendo y actuando sobre la realidad del presente.
