La saga Bourne revolucionó los territorios del thriller de acción a principios de este siglo. Su inmersión en los traumas del 11-S, su vigor narrativo y su manera de componer sólidas secuencias de acción, especialmente tras la entrada en la saga de Paul Greengrass, permitieron que la franquicia del espía en busca de su identidad superase todas las expectativas. Quince años después del estreno de "El caso Bourne", la película que inauguró aquella serie, llega este "American Assassin" que trata, desesperadamente, de reivindicar su legado.
Maniquea y patriotera, dos defectos que no se le podían achacar a las películas de Bourne, "American Assassin" no funciona ni en el terreno del suspense, encorsetada por demasiados clichés, ni en el de la acción pura y dura. Michael Cuesta, obviamente, no es Greengrass y, aunque procura mantener un ritmo alto y logra algunas secuencias contundentes (el ataque inicial a la plaza ibicenca, el entrenamiento) no logra capturar con lucidez las luchas cuerpo a cuerpo ni las persecuciones. El reparto, al menos, es lo suficientemente profundo para flanquear a un Dylan O'Brien al que le falta solidez.
