Nada te turbe, nada te espante

Tierra de María

Ante la próxima celebración de la Inmaculada Concepción

Así llamó a España el santo Juan Pablo II en la despedida de su primer viaje en Santiago de Compostela: "¡Hasta siempre, tierra de María! Expresaba la experiencia recogida visitando los diversos recorridos. Ha dado una buena explicación de este apelativo el sacerdote escritor y periodista que fue José Luis Martín Descalzo en un largo poema en el que dice que si la historia borrara los nombres de las ciudades, podrían volver a reescribirse rastreando sus santuarios "porque donde hubo un grupo de españoles tuvo un templo María". Describiendo los más importantes, del de nuestra Covadonga dice. "Nacimos a sus pies en Covadonga./En esta gruta amaneció la historia./Ante ti recobramos la conciencia de pueblo/?Tú sigues entre rocas explicándonos que la fe es fortaleza? Somos genuina tierra de María.

Los andaluces, como es propio de su carácter, tenían antes hecho suyo el piropo, pero adjetivado: Andalucía es "la tierra de María Santísima". He visto una explicación curiosa. Afirma con datos que cuando se debatía entre los teólogos el privilegio de que María había sido concebida sin pecado original, en la iglesias de Sevilla, franciscanos, dominicos y jesuitas, unos a favor y otros en contra, esgrimían sus razonamientos en los púlpitos y el pueblo iba de unos otros escuchándolos con atención, pero inclinado a los que afirmaban que Dios le había concedido a aquella humilde mujer esa prerrogativa. Ganaron los franciscanos con su teólogo escocés Duns Scoto que, en 1301 en la Universidad de París donde estaba de profesor, presentó su argumento que se hiso popular: Dios le concedió a María el ser pura e inmaculada desde su concepción porque "si quiso y no puedo no es Dios y si pudo y no quiso no es Hijo. Luego puedo y quiso" Escolástico y apodíctico. Mucho antes lo había presentido ya el pueblo sencillo y de su corazón y de sus labios salió la jaculatoria "Ave María Purísima, sin pecado concebida" anticipando en siglos la verdad dogmática que en 1854 proclamaría Pío IX.

El próximo domingo es la fiesta de la Inmaculada Concepción, tan arraigada en el pueblo que, suprimida como festiva en la reforma del calendario laboral por su proximidad al día de la Constitución, hubo que volver a incluirla reivindicada desde todos los lugares de España.

Lo enraizada que está esta vinculación de España con la Virgen Inmaculada puede comprobarse también en el arte, la pintura, la imaginería, la música y la literatura. Los más famosos pintores Murillo, Velázquez, Zurbarán, el Greco? y Carreño Miranda, nuestro pintor avilesino, a quien algunos denominan "el Murillo asturiano", la dejaron estampada en los mejores óleos, inspirándose en la visión del Apocalipsis (c.12) que revela que "apareció una mujer, vestida de sol, la luna bajo sus pies y coronada por doce estrellas". En la imaginería hay que contar a Montañés, Juan de Mesa, Alonso de Mena y el sierense Juan de Villanueva del que una de sus Inmaculadas barrocas se encuentra deslumbrante en nuestra Catedral de Oviedo.

Quizás, lo menos conocido es que la bandera de la Comunidad Europea tiene también signos inmaculistas. Es fácil descubrirlos. No se adoptó por eso. Es azul con doce estrellas color oro formando círculo. En competición con Salvador de Madariaga, fundador del Colegio de Europa, ganó el diseñador francés Arsène Heitz, católico practicante, que en la revista de Lourdes, reconoció haberse inspirado en el texto del apocalipsis. Y se aprobó por el Consejo el día 8 de diciembre de 1955. No olvidemos que los padres fundadores fueron convencidos católicos, dos de ellos en proceso de santificación, R. Schuman y Alcide de Gasperi. Porque ha descuidado uno de sus principios fundantes sufre un incierto proceso. No hay futuro sin espíritu.

Y a propósito del cambio climático y el cuidado de la casa común, en la Purísima -sin pecado, sin degradación- alcanza la creación la plenitud.

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