La huella de Margarita

Las soluciones a la pandemia entroncan con los avances de los trabajos de la profesora Salas

Este año sin Margarita Salas ha sido un tanto extraño, el tiempo ha pasado muy deprisa y con una gran incertidumbre y pesar por el impacto de la covid-19. Desde el punto de vista de la ciencia, este año ha supuesto grandes desafíos y la investigación científica ha estado muy presente en la mente de todos, como nunca había estado antes. Si Margarita viviese, seguramente habría estado inmersa de lleno en su laboratorio apoyando e investigando, muy preocupada por la pandemia. También estaría satisfecha de ver cómo ante esta adversidad, la respuesta de los científicos ha sido de dedicación, de colaboración y compromiso. Nunca se había visto una confluencia de ideas y esfuerzos conjuntos, de esta magnitud, en busca de una solución. Cuando falleció Margarita, resalté de ella, además de su excelencia, su sencillez, constancia y tenacidad. Ese magisterio es hoy más importante que nunca. Algunas de las soluciones a la pandemia que estamos desarrollando en estos momentos entroncan con los avances de los trabajos de la profesora Salas.

Desde el CSIC, quiero expresar nuestro agradecimiento sincero a los pioneros y maestros, que como Margarita nos siguen guiando. Creo que a ella le hubiera gustado ser testigo del esfuerzo económico que se está dedicando a la investigación y el gran respaldo de la sociedad, aunque sea en una situación tan dura. Se le echa mucho de menos, sin duda, pero su legado continúa en el trabajo de sus discípulos y en la gran huella que nos dejó.

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