Viva la madre

Una joya ecléctica, reflexiva y honesta

“Marinheiro das Montanhas”.

La búsqueda de los orígenes en un imparable torrente de belleza, reflexión y eclecticismo. En apariencia sencillo, de tono periodístico, pero con pinceladas de poesía y mucha honestidad. Marinheiro das Montanhas es una joya, una pieza de artesanía que, con los alardes justos, consigue contar mucho de lo que es el ser humano.

El director Karim Aïnouz viaja desde su Brasil natal a Argelia, donde nació su padre, con el que apenas guarda relación. Lo hace siempre teniendo en mente la perspectiva de su madre, a la que profesa adoración, entendiendo el dolor que esta debió sufrir al verse sola con él, en Brasil, mientras su esposo se centraba en la revolución argelina.

El realismo documental se entremezcla con el cine más contemplativo, con artificios como la cámara lenta o el juego de colores. Hay en la película cuatro personajes. Tres de ellos vehiculan la narración, Aïnouz, su madre y su padre, sin necesidad de hacerse presentes ante la cámara –solo con imágenes de archivo–; y los dos restantes son Argelia y Brasil, cobrando vida como entorno y a través de la historia de sus gentes. Viva la madre que te parió, Karim Aïnouz.

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