Joaquín Pixán

La celebración del 1.300 aniversario de la batalla de Covadonga

Joaquín Pixán

La forja de la identidad asturiana

A propósito del proyecto musical y literario "El nacimientu del reinu", que se estrenará el 21 de agosto en Covadonga, con poemas de autores como Gamoneda, De Silva, González Ovies y Sánchez Vicente

Todo comienza hace muchos siglos, nada menos que trece, cuando un astur llamado Pelayo –unos dicen que de origen romano, otros visigodo– se alza en un enclave rocoso y de difícil acceso de la montaña para combatir contra Al-Andalus.

El bastión del norte, donde la tierra se pierde en confines de los que no se alcanza a ver más allá, defiende un territorio que ha de convertirse con el paso del tiempo en Asturias. Llega, dice la tradición convertida en Historia, la batalla de Covadonga, donde Pelayo combate con pocos soldados, pero con heroicidad y la ayuda divina, logra frenar a los musulmanes que, derrotados, dejan esta tierra cantábrica. Y Pelayo se alza como el primer rey de Asturias.

La batalla de Covadonga y Pelayo son el punto de partida de lo que somos ahora. Por eso, este proyecto pretende ser un viaje musical por toda esta historia colectiva

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Más allá de conmemorarse ahora los 1.300 años de este hecho, lo que es realmente importante es el sentimiento que aúna a todos los asturianos en torno a él. Todos nos sentimos asturianos, pertenecemos a un mismo lugar y compartimos las mismas raíces y sentimientos al hablar de Pelayo o al cantar a la Santina. Es la identidad de nuestro pueblo. Cuando pensamos en lo que sucedió en la montaña de Covadonga, hablamos también de la naturaleza que tanto marca la vida de los asturianos, ya sea en la mina, en la mar o en el prado. No en vano, el obispo Pelayo definió –ya en el siglo XIII– a Asturias como una tierra "entre el Eo y el Deva, entre la montaña y el mar", y está claro que esa imponente naturaleza también marca nuestra identidad.

Aunque los hechos se desdibujen en el largo viaje a través de los miles de años transcurridos, su simbolismo sigue presente hoy en la memoria colectiva. La batalla de Covadonga y Pelayo son el punto de partida de lo que somos ahora. Por eso, este proyecto pretende ser un viaje literario / musical por toda esta historia colectiva.

Canción a canción, recordar quienes somos y el carácter único de la esencia asturiana, lo que sentimos como pueblo y cuya mejor expresión, o una de las mejores dentro de la tradición cultural de nuestra tierra, está expresada por la música. Emociones que nos diferencian y nos unen.

La invitación del Principado de Asturias, a través de la Dirección General de Patrimonio de la Consejería de Cultura, de participar en los actos de celebración del 1.300 aniversario de la batalla de Covadonga, es una ocasión muy especial para mí.

En realidad, ha supuesto un reto por varios motivos. El primero de ellos, naturalmente, por el significado que tiene para cualquier persona que haya nacido en Asturias el sentimiento de unión y de pertenencia a la tierra que supone esta fecha y la emoción de participar en esta celebración.

Pero, desde luego, el reto mayor ha sido el artístico. Comenzó con la parte literaria del proyecto, los textos, la poesía –convertida en canciones y una cantata–, que he tenido la oportunidad de encargar, en su mayor parte, a escritores y poetas vivos que han captado perfectamente el espíritu de la narración en un trabajo conjunto del que he disfrutado mucho y ha sido muy enriquecedor.

En ellos, en sus poemas, me he inspirado para llevar a cabo este trabajo y este concierto y son los siguientes autores: Antonio Gamoneda ("La Santina minera"), Pedro de Silva ("En Covadonga el milagro"), Pablo García Baena ("Aula Regia"), Luis del Val ("Loa a Covadonga"), Fernando Álvarez ("Agua de la fuente clara"), Ángel Fierro ("Almuzara"", "Nieve del alto frío", "¿Por qué será que en la alta noche?"), Alfonso Sánchez Lorenzo ("La noche azul"), Aurelio González Ovies ("Oro del norte") y Xuan Xosé Sánchez Vicente ("El nacimientu del reinu"), autor de esta cantata, la única obra escrita completamente en asturiano y que da título al concierto.

Monumento a Pelayo en Covadonga. | Miki López

Interactuar con ellos ha sido una gran aportación para mi tarea, la de ser un "redactor de músicas", como me gusta denominarme. Desde el punto de vista musical, para crearlas me he inspirado sobre todo en la tradición popular asturiana; también con otros lenguajes musicales que me han dejado huella y con los que he trabajado a lo largo de mi carrera como cantante. Hay una excepción en cuanto a la influencia de la tradición musical asturiana y es la cantata, "El nacimientu del reinu", que se ciñe a un lenguaje más universal de la notación musical y bebe de otras fuentes para inspirarse.

El Principado no me encargó un programa "ad hoc" para esta ocasión; sin embargo, desde el primer momento en que abordé este proyecto –que me ha llevado un año de trabajo–, quise hacer algo muy específico para esta celebración, algo especial, nuevo. Una creación literaria y musical que me llevase a ofrecer un concierto singular. En este sentido he contado con la inestimable colaboración del pianista Manuel Pacheco, que se ha encargado de armonizar y transcribir mis redacciones musicales y quiero agradecerle su trabajo y su generosa entrega.

También a mis compañeros instrumentistas, que actuarán conmigo en este concierto: Martín Pérez, flauta; Nel Pérez, clarinete y Javier Romero, cello, y por supuesto Manuel Pacheco al piano. Junto a todos ellos estará la voz del narrador de la cantata "El nacimientu del reinu", que será su propio autor, Xuan Xosé Sánchez Vicente. Y otro narrador más, ya que el concierto se articula como un simbólico viaje, un camino, del que se van narrando sus etapas y que parte de León y acaba en Covadonga. Esta tarea de desgranar cada parada musical estará a cargo de Fernando Entrialgo.

Solo cabe ya decir que todos los que hemos trabajado en este proyecto esperamos que el concierto de estreno, que tendrá lugar en la Basílica de Covadonga, el enclave más emblemático de Asturias el próximo 21 de agosto, suponga un momento pleno de emociones compartidas a través de la música y la historia.

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