–Señor ministro, buenas noches. ¡Menudo verano!
Era la presentación del periodista Ángel Casas en su programa "Los unos y los otros", refiriéndose al verano de 1994, con media España arrasada por los incendios forestales.
Comparecía el entonces ministro de Agricultura, Atienza Serna, y nos quedamos con su alocución más destacada:
–Este país no quiere lo suficiente a nuestros bosques, lo digo con total seguridad.
¿Reveló el ministro la principal causa de los incendios?
Casas aunaba en su programa distintas perspectivas, desde la política estatal y autonómica al ecologismo, de los científicos a propietarios de bosques. Con maestría, Ángel ponía sobre la mesa las debilidades de un sistema nacional de lucha contra los incendios, de previsión y prevención en definitiva, mediocre coordinación entre estamentos y administraciones implicadas.
En ese programa Galicia iba de modelo en la extinción de incendios, mientras que Cataluña, con más incendios, se escudaba en ser autosuficiente, extinguía por libre.
Ya es tarde, pero guardo con fervor redactados los textos de su programa como un ideario, toda una lección magistral que deberían releer tantos organismos oficiales relacionados con la lucha contraincendios, incapaces de contener las trescientas mil hectáreas incendiadas en España en lo que va de año. Regresamos al verano de 1994.
¿Y ahora qué?
Es tarde porque me gustaría compartir con Ángel la última contribución a su causa investigadora, a la acción social preservando nuestros bosques.
España necesita un Cuerpo Nacional de Vigilancia del Fuego, y así debe contemplarse, extensivo a la respuesta unánime en las emergencias, dando protagonismo a los habitantes de los pueblos donde los bosques son riqueza y sostenibilidad, recuperando el sentido de pertenencia, no es ninguna utopía.
¿Queremos lo suficiente a nuestros bosques?
Va por usted, don Ángel.
