La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Llevan premio

Los que se divierten y juegan con la inteligencia artificial

Yann LeCun, el francés que enseña a pensar a hombres y sistemas en EEUU, y Demis Hassabis, el londinense juguetón y multimillonario

Yann LeCun y Demis Hassabis

Geoffrey Hinton, Yann LeCun, Yoshua Bengio y Demis Hassabis son los cuatro premiados con el "Princesa de Asturias" de Investigación Científica y Técnica, pero solo vienen dos a Asturias, un hemisferio de la inteligencia artificial. Como alguien tiene que quedar currando en sistemas que sigan aprendiendo a pensar como humanos, solo oirán gaitas LeCun y Hassabis.

Yann Le Cun (1960) es hijo de un ingeniero aeronáutico que le puso el nombre y apellido bretones para complicarle la vida en Estados Unidos, donde tuvo que juntar LeCun para que le llegara la correspondencia. Nació al norte de París, la ciudad donde se diplomó como ingeniero y se doctoró en Ciencias de la Computación. A los 27 años propuso el embrión del algoritmo de retropropagación para redes neuronales, lo que viene a ser que aprende de sus errores. Ya quisiera uno.

Saltó a Canadá, trabajó en la investigación de empresas como AT&T Bell hasta que en 2003 lo contrató la Universidad de Nueva York. Es profesor y dirige la investigación en inteligencia artificial en Facebook. Decida si es amigo o enemigo este hombre con gran sentido del humor que como matemático hace juegos matemáticos; como francés juegos de palabras y, lo que es mejor, juegos de palabras matemáticos tan difíciles de entender como la disciplina a la que se dedica.

Es un galo en tierra extraña que intenta establecer lazos con lo que los franceses aprecian de Estados Unidos –el humor de Jerry Lewis, el jazz y los dibujos animados bestias de Tex Avery (Bugs Bunny)– pero sabe que allí es una excepción cultural. Ha dicho: "Soy todo lo que la derecha religiosa desprecia: un científico, un ateo, un izquierdista (al menos para los estándares estadounidenses), un profesor universitario y un francés". Casado, con tres hijos, lleva tan a gala ser racionalista y humanista que rechazó dar una conferencia en la Universidad de Ciencia y Tecnología de Arabia Saudita para no ser considerado "terrorista" por ir por la vida sin Dios.

Le acompañará en el escenario del Teatro Campoamor un juguetón de ajedrez, póker y videojuegos que ha hecho de su sentido de la diversión y del negocio un multimillonario modo de vida. A los 13 años, Demis Hassabis (1976) era campeón de ajedrez, a los 16 hacía videojuegos, a los 22 sacó Ciencias de la Computación en Cambridge y fundó su empresa del ramo. Hasta los 33, como le quedaba tiempo libre después de colaborar en proyectos con multinacionales y ganar cinco veces en los Juegos Mundiales de deportes Mentales, se doctoró en Neurociencia Cognitiva en Londres y completó estudios en Harvard y en el MIT.

Entonces creo DeepMind para hacer un sistema de aprendizaje de inteligencia artificial que combina funcionamiento neuronal humano y conexiones entre memoria e imaginación con mecanismos de aprendizajes de las máquinas. Google se lo compró por 500 millones de dólares y sigue trabajando en Alphabet, la empresa madre del buscador.

La inteligencia natural de este grecochipriota singapurense del norte de Londres, casado, tres hijos, seguidor del Liverpool, le permite ser campeón de póker, mantener un desdén saludable respecto a lo que dice la gente y salir por donde nadie se lo espera, eso que llaman disrupción. Ha dicho que "la inteligencia artificial es como cualquier nueva y poderosa tecnología que tiene que ser utilizada de manera responsable. Ya que si se utiliza de manera irresponsable podría hacer daño". ¿Quién es el responsable de los responsables? Una pregunta para premio.

Compartir el artículo

stats