La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Por fin llegó el "SAR Friday"

Oviedo celebró su gran día de promoción monárquica donde la honda excelencia de los premiados se mezcló con la espuma del postureo

EN IMÁGENES: Así fue la ceremonia de entrega de los premios "Princesa de Asturias" 2022 FERNANDO RODRÍGUEZ

Llegó a Oviedo Su Alteza Real (SAR) Leonor de Borbón y Ortiz y con ella el SAR Friday, el gran viernes de consumo popular de productos "by appointment to his majesty the king", que etiquetarían los británicos. Es el momento de ponerse a la última en coronas y herederas, ya que nos lo traen a casa. El día de la entrega de los Premios, la realeza se pone al alcance de los bolsillos y las cámaras de todos los asturianos y se puede disfrutar en Almacenes Campoamor de un interesante tres por uno: te llevas una Ortiz y te regalan tres Borbones.

1.Lo quiere el pueblo

Nos merecemos el fiestón, francamente, después de una semana agotadora paladeando todas las excelencias de los premiados, que tenían cada uno su interés y nadie va a decir lo contrario, pero nunca van a tener el brilli brilli de una real familia real. El SAR Friday es otro rollo, es el momento de bajar el pistón intelectual, encadenarse a la valla, sacar la bandera de España y hablar de las cosas que al pueblo verdaderamente le importan. Por ejemplo, la espalda de Letizia. ¿Pero tú la viste en el concierto del jueves en el Auditorio? Ole. Premio a las artes (marciales) ya.

Es que ése es un temazo que cuidao con él. Porque, que Letizia por detrás parezca Aznar por delante a fuerza de bajar a todos los infiernos del gimnasio y de subir a todos los cielos del rocódromo, es algo que a la mucha gente que intenta adelgazar le parece un imposible envidiable. Y hasta causa resquemor, que este país siempre fue muy envidioso. Por eso ayer, allí donde la soberanía reside (en los bares a la hora del café), se escuchaba bastante este debate medular.

2. Asuntos capitales

Lo mismo que otros asuntos capitales. Por ejemplo. Uno. Cuánto medían los tacones de la Princesa Leonor y de la Infanta Sofía y por qué, para qué, qué pasa si la menor es más alta que la mayor; interacción y propuestas. Dos. ¿Tú crees que la Reina Sofía ha pegado un bajón con la edad? Tres. ¿Puede ser que el Rey esté triste o solo es que lo parece? Cuatro. Qué le pasa a Leonor, que al sonreír parece que le falte un diente o lo tenga como desplazado. Porque, a ver, aquí hay peligro. El adolescente que hoy ande sin una sonrisa como un muro de mármol blanco pues ya te digo yo que se le acabaron los selfies, subir la vida al Insta y acudir a la cita del BeReal (aunque Leonor debería usa el BeRoyal). Si no hay sonrisa perfecta, luego vienen los problemas, los traumas de psicólogo o esas cosas de les pasan a los centennials, una gente que llora cortando una cebolla y te dice que igual tiene un problema de salud mental. Se lo dice uno que cría centennials.

La monarquía es representación institucional, pero también representación a secas, como probablemente admitiría Mayorga. Por eso la gente del común la paladea y consume como si fuera un espectáculo al aire libre y disfruta comentando la complexión muscular de la primera actriz, la supuesta melancolía del galán y cómo está creciendo la intérprete revelación, protagonista de la próxima temporada.

3. El test de la alfombra

Pero en el SAR Friday también los de abajo nos echamos un ojo los unos a los otros y hay examen a fondo de la alfombra azul que conduce al Campoamor, donde casi siempre gana por goleada de estilo Victoria Cueto-Felgueroso, esposa de Luis Fernández-Vega, y ya ha quedado claro que nadie trabaja más en esta región que el peluquero de la presidenta popular Teresa Mallada. Por cierto, Mallada coincidió muy sonrientemente en el photocall alfombrado con el senador socialista Fernando Lastra. Fue una bonita imagen de tolerancia bipartidista mientras, en Madrid, volaban los cuchillos entre PSOE y PP a cuenta de la renovación del Poder Judicial. Quizá por eso no vino Feijóo a pasarlo bien con nosotros.

Lo cierto es que todo el mundo le esperaba. En su lugar brilló el presidente popular andaluz Juanma Moreno, que en directo parece otro y, aunque no lo diga, está clarísimo que, de niño, era el mismo que salía en las cajas de los Juegos Reunidos Geyper. Entre los políticos invitados también estuvo Inés Arrimadas, una chica que un día tuvo un partido pero ya nadie se acuerda de mucho más.

En la alfombra azul todos los hombres llevaban corbata menos Shigeru Ban y Michnik –respectivamente "Princesa" de la Concordia y de Comunicación y Humanidades–. Fueron los únicos comprometidos con el ahorro energético, lo que debió molestar bastante al presidente de alguna eléctrica que por allí andaba, a quien últimamente le están saliento bastante bien las cuentas de resultados gracias a nuestros facturones.

4. Y entre todo, el amor

Si ayer no hubiera sido SAR Friday y no hubiéramos pasado el día en Oviedo entrando a todos los trapos, quizá hubiéramos dado un poco de cancha a la espiritualidad y reparado en cómo Juan Mayorga se refirió a su esposa cuando le dedicó el Premio a ella, a toda su familia y a todas las gentes del teatro. La llamó "Madre de mis hijos, dueña de mis nombres". Qué arte tienes, colega. Te sales.

Compartir el artículo

stats