Entrevista | Hélène Carrère d’Encausse Historiadora, exeurodiputada, premio «Princesa» de Ciencias Sociales

"Sólo hemos construido la Europa de los mercados y el consumo, no la de la cultura"

"El premio que me han otorgado es todavía más emocionante por haberlo recibido antes mi hijo, que me acompañará a recogerlo"

La historiadora Hélène Carrère d’Encausse.

La historiadora Hélène Carrère d’Encausse. / Chus Neira

Chus Neira

Chus Neira

Hélène Carrère (París, 93 años) es uno de los grandes referentes intelectuales de Francia. Dirige desde su puesto de "Secretario Perpetuo" la Academia Francesa y mantiene una carrera política e intelectual muy ligada a la construcción de Europa. Su libro de 1978 "L’Empire Eclaté" ("Estalla el Imperio") preconizó la caída de la Unión Soviética y se convirtió en un clásico de la historiografía contemporánea sobre Rusia.

Desciende de una casa aristocrática de Georgia, los Zourabichvili, y sobre estos asuntos familiares su propio hijo, el también premio "Princesa" Emmanuel Carrere, escribió, no sin enfado y polémica con la madre, "Una novela rusa". Locuaz, animada y feliz de haber recibido el premio "Princesa de Asturias" de Ciencias Sociales de 2023, Hélène Carrère d’Encausse atiende por teléfono desde París a LA NUEVA ESPAÑA.

–Mis felicitaciones por el premio y su trabajo en La Academia.

–Estoy feliz.

–¿Cómo recibió la noticia, cuáles fueron sus primeras sensaciones?

–Había sido informada antes de que estaba en la lista de finalistas y me habían preguntado si iría a recogerlo en el caso de obtener el premio. Para mí ya era un honor ser finalista y no creía que me lo dieran. Por eso, cuando me llamaron para decirme que había ganado no me lo creía, me quedé totalmente conmocionada. Sé que es un premio muy prestigioso, entiendo lo que representa y qué supone para la cultura española. Es un regalo excepcional.

–El jurado ha dicho que usted es "una de las personalidades más brillantes del pensamiento europeo contemporáneo"...

–Ah, eso no lo sabía.

–Sí, eso han dicho. Y queríamos preguntarle, ¿qué significa para usted Europa en este momento preciso de la historia?

–Europa siempre es un sueño. Yo crecí con las dos Europas, con una Europa dividida y con el sueño de la reconstrucción. Como estudiante, viví por Europa, ese fue mi oficio, y tras la caída del muro de Berlín acompañé la reconstrucción europea. Pero para mí Europa tiene que ser la Europa de la cultura, y eso no se ha conseguido. Solo hemos construido una Europa del consumo, de los mercados. Espero ver una Europa verdadera, una Europa cultural. Empezamos con la economía y nos olvidamos de la Cultura.

–¿España y Rusia caben en esa misma idea de Europa?

–Evidentemente. Europa es Rusia, y hablando de España tienen mucho que ver. Las dos son culturas de lo trascendente. Lo que es evidente es que no podemos detener la frontera de Europa en la frontera con Rusia. Culturalmente es un país de Europa, tanto como Francia o España. Ahora mismo, con la guerra, la sensación es terrible, pero tengo la esperanza de que podremos reconstruirnos. Si no estamos unidos, si dividimos Europa, quedaremos a la deriva de nuestra decadencia. Pero soy optimista, saldremos de la guerra y reconstruiremos nuestra cultura.

–En 1978 predijo en "L’Empire eclaté" el fin de la URSS. ¿Cómo contempla, en cinco, diez años, la evolución de Rusia?

–La evolución de Rusia tiene que ser europea. El pueblo ruso y el resto de los países, China, todos, tenemos que salir de la guerra y ponernos a reconstruir. Es importante construir un sistema de seguridad europeo viable. No lo hicimos después de la Guerra Fría y fue un error, porque no era el fin de la Historia, como se dijo. Por eso ahora hay que parar la guerra lo antes posible. No logramos nada con el Tratado de Versalles, no aprendimos la lección. Ahora es el momento de construir el espacio de seguridad de Europa. ¿Le parezco demasiado optimista?

–No, está bien ese objetivo.

–Es lo que siempre he defendido, también cuando estuve en el Parlamento Europeo.

–¿Y la relación entre Francia y España? No siempre ha sido buena.

–Son momentos difíciles. Vivimos una época en la que nadie reflexiona razonablemente y todos estamos en la emoción. Hay que pararse.

–Hábleme de La Academia de Francia de la que usted es "Secretario perpétuo". ¿Qué debe hacer por la lengua francesa?

–Es una institución que tiene cuatro siglos, la fundó Richelieu con la idea de crear un espacio alrededor de la lengua y del rey, ese era el rol del idioma para la creación de Francia. Hoy la lengua sigue siendo un instrumento de desarrollo, ofrecemos soluciones y respuestas para ayudar al progreso. Sucede lo mismo con la Real Academia Española, que tuvo el honor de visitar. Es una academia seria.

–Debo preguntarle por Emmanuel Carrere y por esa singularidad de que por primera vez dos familiares, madre e hijo en este caso, tendrán un premio "Princesa de Asturias". ¿Cómo afronta esta situación?

–Este premio es todavía más emocionante por el hecho de que mi hijo lo haya recibido antes. De hecho, iré con él, ya se lo he comunicado al Rey, que me ha felicitado. Poder recogerlo con mi hijo es un reconocimiento extraordinario, tengo una gratitud extrema hacia la Fundación Princesa de Asturias. No puedo estar más encantada.

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