Sufrió el Sporting en Ponferrada, donde pareció un equipo fundido. Sufrieron los teóricos reservas ante el equipo de gala de una Ponferradina que, de nuevo, va a dar mucha guerra este año en Segunda División. Sufrió el Sporting por el intenso calor que ahogó a los rojiblancos y por la solidez de un rival que dominó con solvencia, que apenas concedió ocasiones y que aprovechó la gran ocasión, en un error de Bernardo en una disputa aérea. Le ganó el pequeño Acorán. Yuri, un clásico de la categoría, se vio en ventaja y superó a los del Albertos, al lateral, que perdió la posición y al portero indefenso. El gol de Yuri trajo la primera derrota de la pretemporada para el Sporting. Lo peor es la confirmación Abelardo cuenta con un banquillo corto, para un torneo de máxima exigencia.

La intensidad con la que Abelardo vivió el encuentro deja claro que no era una prueba menor. Abelardo quiere a toda la plantilla en perfecto estado de revista y espera de los que empiecen por detrás que reclamen la titularidad con su rendimiento sobre el césped. El Sporting mejoró algo tras el descanso, cuando dio un paso al frente, pero la Ponferradina fue de nuevo comiéndole el terreno.

La atención del sportinguismo se centraba en la presencia de Mascarell como centrocampista titular. La afición rojiblanca no tiene hecho el ojo a las caras nuevas y el tinerfeño tardó en dejarse ver. Hay que darle más campo antes de juzgar, pero a simple vista parece un producto clásico de la fábrica blanca: buen toque de balón, imprime un ritmo superior a la pelota, talento a raudales y algo blando en las disputas. Pasada la media hora firmó una gran acción personal, con apoyo en Álex Menéndez y pase fácil a un Mendi cuya cotización bajó ayer varios enteros. El delantero del filial perdonó tres ocasiones francas. Demasiado perdonar. En especial el balón de dulce que le sirvió Mascarell en bandeja de oro y al que no le hizo los honores con todo a favor.

La mención de honor es de nuevo para Jorge Meré, el mejor de los rojiblancos en el encuentro de ayer. El flamante campeón de Europa sub-19 se impuso a los atacantes rivales con la suficiencia de un veterano y dejo un recital de buenas decisiones. Hace siempre lo que conviene hacer y lo hace bien.

Como estaba previsto, Abelardo alineó un equipo plagado de suplentes, pero fue interesante ver cómo distribuía el técnico a sus peones. Juan Muñiz ocupó la banda derecha a pie cambiado y Carmona repitió en la media punta, donde parece que tendrá que luchar sus minutos. La línea de media puntas la completó Álex Menéndez, de nuevo interior, en un viaje de retorno a sus orígenes futbolísticos.

El Sporting fue siempre un peldaño por debajo de la Ponferradina. Ojo al equipo que han armado los bercianos, que han añadido a sus virtudes conocidas algunos fichajes que elevarán el nivel del equipo. Todos los veranos tienen su paso en falso y el del Sporting se produjo ayer n El Toralín. Con el Madrid esperando a la vuelta de la esquina, el Sporting aumenta la exigencia de su preparación.

Si como dice Nico Rodríguez la Liga autoriza dos fichajes más, conviene hacerlos cuanto antes y buscar ese gol que no encuentra el equipo. Parece claro que el Sporting no dispondrá de demasiadas oportunidades de gol en Primera División y es conveniente aprovechar las que se tengan. El director deportivo siguió el encuentro desde el palco de autoridades y habrá podrido extraer conclusiones sobre la profundidad de banquillo de que dispone el Pitu para obrar otro milagro.

El gol de Yuri llegó cuando el Sporting creaba más peligro

A pesar de que la Ponferradina fue superior durante todo el encuentro, el Sporting dispuso de alguna buena ocasión para haber empatado el partido. Las mejores las tuvo Mendi, que no llegó a rematar dos pases de Carmona ni supo aprovechar un balón franco que le dejó Mascarell en la mejor jugada rojiblanca del choque. Con todo, no hay nada que objetar al triunfo berciano, ante un Sporting que no se encontró cómodo, salvo en los primeros minutos del segundo tiempo. Fue un espejismo que duró lo que tardaron los recambios de la Ponferradina en asentarse.

La Ponferradina ganó el centro del campo y por ahí se hizo con el encuentro. Melero, otro producto de la fábrica, cuajó un partido de gran nivel, liberado de presión por el inteligente trabajo de Andy, un futbolista de esos que no se ven, pero que se notan.

El partido se rompió cuando más atacaba el Sporting. En apenas un minuto, los rojiblancos crearon sus dos mejores ocasiones. Primero la gran jugada de Mascarell y acto seguido un libre directo ejecutado por Juan Muñiz. El balón blando lo cogió Santamaría que sacó en largo hacia la posición de Bernardo. El colombiano perdió la disputa con Acorán quien dejó un balón en ventaja para el infalible Yuri.

El Sporting quiso rehacerse pero no logró sacudirse el calor asfixiante ni el dominio berciano. Tras el descanso, el equipo salió más entonado, pero la mecha se le acabó en seguida. El carrusel de cambios continuos tampoco ayudó a que la segunda mitad cogiera fluidez. El Sporting apretó para intentar salvar el resultado, pero esto le hizo dejar huecos a su espalda que los locales quisieron aprovechar con la velocidad de Jebor, protagonista de dos feas acciones al dejar la plantilla, en particular un pisotón en la tibia del portero Alberto.

No es un buen día para sacar conclusiones más allá de las evidentes. Ya se sabía que el armario tiene poco fondo y que la plantilla anda escasa de efectivos, en especial en algunas posiciones. Abelardo tapa los parches adaptando futbolistas que no ofrecen las prestaciones exigibles a un especialista. La falta de gol se ha cronificado en este equipo, que ayer fue incapaz de crear una ocasión clara durante la segunda mitad. Son, en todo caso, problemas menores que se está a tiempo de solucionar. A ver qué ofrece el mercado.