El partido ante el Real Madrid de esta tarde puede considerarse como el colofón de oro a las celebraciones del ascenso a Primera del Sporting de los guajes. Es un premio para este equipo que ha roto moldes y cuya alineación es un homenaje a los chavales que completaron esta proeza en Palamós, en Butarque, en Miranda de Ebro... y que hoy están aquí contra todo pronóstico. Por eso mismo, porque han desafiado a la lógica en multitud de ocasiones, los guajes de Abelardo quieren montar la mundial, proclamar a los cuatro vientos que han venido para quedarse y dar un golpe de efecto ante uno de los más grandes clubes del firmamento. Es un desafío mayúsculo que sólo se puede acometer con una sobredosis de ilusión como la que estos días desborda el sportinguismo. Abelardo quiere que su equipo plante hoy la primera piedra de la permanencia.

Para el Real Madrid la visita a Gijón no es una cuestión menor. Los blancos saben que no es un campo propicio, en más de la mitad de sus 41 visitas en Liga se han dejado puntos; aquí nació el "así gana el Madrid" y la lista de agravios pendientes incluye desde polémicas arbitrales que costaron títulos a peleas de aparcamiento entre jugadores y técnicos. El Madrid quiere alejar en Gijón los fantasmas que le han perseguido en el tramo final de la pretemporada, prácticamente desde que la lesión de Benzema dejó al equipo sin un delantero de referencia. El empate en Noruega ante un modesto rival como el Valerenga y la sufrida victoria ante el Galatasaray en el trofeo Santiago Bernabeu han generado dudas. Sin Benzema falta gol y se hace más evidente la ausencia de fútbol y de un centrocampista clarividente, que dirija con su batuta una orquesta plagada de grandes solistas.

Las críticas al Madrid de Benítez le escuecen al Sporting, que teme encontrarse con un rival espoleado, herido en su orgullo y motivado para demostrar que la competición oficial no se puede comparar con los bolos veraniegos. La falta de elaboración de juego de los blancos no resta un ápice de veneno a su mordedura. Ronaldo, Bale (que siempre aparece en los grandes partidos, por lo que habrá que vigilarlo en El Molinón), James o Isco tienen colmillos afilados.

No hay sorpresas en el Sporting. Tonny Sanabria es el único de los fichajes que ha entrado en la convocatoria, aunque sus opciones de ser titular parecen escasas. Mascarell no puede por la famosa cláusula del miedo y Halilovic sólo lleva un entrenamiento, por más impresionante que haya sido.

El Sporting saldrá con los mismos guajes que le han traído hasta aquí. Abelardo sopesó reforzar el centro del campo, pero todo apunta a que usará el mismo equipo que goleó al Palermo y plantó cara al Villarreal, con Pablo Pérez por la derecha y "Castrín" por detrás de Guerrero.

En el Madrid, las dudas aparecen en ataque, donde tres nombres para dos puestos. Isco y James parece que desplazarán a Jesé al banquillo. El canario es persona non grata en Gijón desde aquel escupitajo a Nacho Cases. Las otras interrogantes parecen despejadas. Keylor Navas será el portero titular y Danilo le gana la partida a Carvajal en el lateral derecho. Arbeloa se quedó en Madrid, junto a Cheryshev, Coentrao e Illarramendi. La recuperación de Pepe podría desplazar a Varane de la titularidad, aunque el luso sale de una lesión. En principio, el francés parte con más opciones de acompañar a Sergio Ramos.

Todo está preparado para la fiesta del fútbol. Los guajes vienen con ganas de hacer ruido y Abelardo les brinda el mejor escenario posible. Con el máximo respeto al potencial del rival y a su poderío económico, estos guajes quieren armar su mayor trastada.