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Observatorio

Un gol verdadero

En en el minuto 35 del primer tiempo se produjo la jugada más importante del partido. Tras un buen contraataque del Sporting, el rebote favoreció a Lora en su pugna con Marcelo junto al banderín de corner y le permitió centrar a placer. Lo hizo de forma excelente y el debutante Sanabria supo hacer los honores a semejante envío. Apareció de forma fulgurante, anticipándose a Varane y Ramos, las torres defensivas madridistas, y clavó un cabezazo fantástico. Keylor Navas apenas pudo hacer otra cosa que componer la figura cuando el balón le rebasó para golpear en la parte interior del larguero. Luego tuvo reflejos para hacerse con él después de que hubiera botado en el suelo. Pero la clave estaba en saber donde lo había hecho. La televisión mostró que había botado por completo detrás de la raya. Por poco, pero lo hizo. Es decir, que había sido gol. El árbitro no lo vio y sería un exceso exigirle que acertara en un caso así. Lo que no es ningún exceso es reclamar que el fútbol, como organización, tarde tanto tiempo en incorporar unos medios técnicos que ya están al alcance de todo el mundo. De ser ya así, el árbitro no hubiera sido víctima ayer de un error para él insalvable. Salvable lo fue el no conceder penalty a favor del Madrid en la jugada siguiente, cuando Sergio derribó a Cristiano Ronaldo a boca de la puerta sportinguista cuando iba a rematar. El error hizo una especie de justicia poética, aunque a medias, pues, de haberse concedido el gol que realmente hubo, no se hubiera producido la jugada siguiente.

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