"Me voy con pena y con un poco decepcionado". Armando Sosa Peña, Mandi, lamenta la forma en la que se ha producido su salida del Sporting. Cuando se le pregunta con quién está decepcionado, señala que "menos con la afición y con los compañeros, un poco con todo". Se refiere, claro está a la directiva y al cuerpo técnico. Mandi prefiere ya mirar hacia adelante y avisa de que "el fútbol es así y aquí no se termina nada".

La de ayer fue una jornada larga para el jugador. Mandi esperó la rescisión de su contrato hasta última hora de la mañana y mostró su malestar cuando abandonó la escuela de fútbol para volver por la tarde. "No es cuestión de dinero. No sé qué estarán pensando ahora, estuve dos horas y media esperando ahí y no me han dicho nada, me voy a comer y luego volveré", finalmente, regresó a las oficinas de Mareo en torno a las ocho de la tarde, con el acuerdo ya cerrado, para firmar su desvinculación. A la salida, confirmó que ya era libre y que firmaría por el Elche.

El futbolista, que ayer ya no se ejercitó junto a sus compañeros sobre el césped del campo número 2 de Mareo, tuvo la oportunidad de despedirse de ellos tras la sesión preparatoria. "Todos mis compañeros me apoyan y están fastidiados porque es mucho tiempo juntos", valoró el futbolista que acto seguido deseó "mucha suerte a mis compañeros".

Mandi mide las palabras en su despedida y no le gusta que quede el mensaje de que se va con impotencia porque "cuando he salido he dado la cara por el club y por sus colores, pero no he podido terminar mi contrato".

A pesar de que ya fue descartado por Abelardo en el verano pasado, Mandi disputó diez partidos en la temporada del ascenso. Su concurso fue importante en un momento en el que una plaga de lesiones se cebó con los centrocampistas rojiblancos. El canario mostró siempre un alto grado de compromiso profesional y su rendimiento sobre el césped fue irreprochable, más allá de la falta de ritmo de un jugador que no había entrado siquiera en las convocatorias.

Mandi había llegado al Sporting procedente del Real Madrid Castilla y había firmado un ambicioso contrato por cuatro temporadas. Cuando dejó de entrar en los planes de Abelardo, su ficha se convirtió en un problema del que el club necesitaba liberarse.