Un Sporting deslucido, pero eficaz, muy al estilo del equipo que consiguió el ascenso, sumó ayer una victoria trascendente. Era el primer gran día de la temporada en El Molinón y los de Abelardo salieron victoriosos de una batalla con más fondo que los tres puntos. Jugó el Málaga, que dominó en tres cuartas partes del campo, pero ganó el Sporting que volvió a sentir la seguridad de tener al Zamora a sus espaldas y no concedió ni una ocasión clara a su rival. En ataque, el Sporting lo fió todo al talento de Halilovic, un futbolista desequilibrante que marcó un gol y mandó dos balones al larguero, tras dos buenas manos del central Weligton y de Kameni. La primera se la comió enterita Mateu Lahoz, el dialogante.

Halilovic fue ayer un futbolista crucial que sembró el pánico en cada intervención. El croata desborda talento y está tan cómodo en Gijón que celebró su tanto escanciando un culín con buen estilo. Guajilovic (genial Mortiner) brilló en su vuelta a la mediapunta y se echó al hombro.

Con la victoria de ayer, el Sporting consigue un importante colchón de cinco puntos antes de la visita al Calderón, de donde no saldrá en puestos de descenso. El resultado de ayer es un refuerzo para el equipo que, además, consiguió mantener su portería a cero de nuevo.

El Sporting fue más equipo en el primer tiempo, favorecido por la lesión de Camacho, que no es un futbolista cualquiera. El centrocampista fue el mejor sobre el césped hasta que su rodilla crujió. En lo que calentaba Edinho, el Sporting aprovechó la superioridad para anotar el gol de la victoria. La jugada cobró importancia en los pies de Halilovic y fue el croata quien anotó al rematar de primeras un pase de la muerte de Sergio.

El Sporting controló el primer tiempo sin mayores sobresaltos y hasta pudo doblar su ventaja en un espectacular remate de Isma López tras un rechace que salió lamiendo el poste.

El Sporting siguió firme a la vuelta de vestuarios y tuvo dos buenas ocasiones. Guerrero no aprovechó una pifia de Weligton y Kameni atrapó un cabezazo de Pablo Pérez después de que Halilovic bailase a la defensa visitante dentro del área.

Javi Gracia cambió el partido con la entrada de Duda y esos fueron los peores momentos del Sporting. La sensación de agobio crecía, aunque Cuéllar se limitaba a controlar el espacio aéreo y a neutralizar remates lejanos. Cuando Abelardo movió el banquillo, el partido se equilibró. El Sporting siguió protegido, con las líneas bien juntas. Fue, como había ensayado el Pitu, un equipo corto y estrecho, que sólo se estiró para las vertiginosas salidas a la contra, siempre con Halilovic como protagonista. Dos de ellas acabaron en el palo. En la tercera, Hugo Fraile asistió a Isma López. Al navarro se le fue el control y no pudo superar a Kameni ni pasar a Halilovic, totalmente solo. El Málaga tuvo la suya en el tiempo añadido con un cabezazo franco de Charles que apenas inquietó al seguro Pichu Cuéllar, que tuvo un gran regreso.

Al final del encuentro, El Molinón rugió con el grito de las grandes victorias. Con este triunfo, los rojiblancos dan un salto de calidad en la clasificación y alcanzan ya la docena de puntos. Además, el equipo recupera sensaciones en defensa. La esperanza pasa porque el Sporting crezca a partir de esa seguridad defensiva, con el regreso de Nacho Cases y con la recuperación de Sanabria, dos futbolistas determinantes en este equipo.

Con la victoria de ayer, el Sporting aleja cualquier fantasma y salva su peor momento hasta ahora sin demasiados rasguños. La herida de San Mamés no fue profunda y el equipo recupera la senda de la confianza. El Molinón siempre responde.