"Le pido al 2016 salud y muchos minutos. A Dios no le pido éxitos, sólo que uno tenga las armas disponibles para poder trabajárselo". Que Bernardo Espinosa (Cali, Colombia, 11-6-1989) haya vuelto a lucir esta temporada el brazalete de capitán no es una casualidad. Líder dentro y fuera del campo de un Sporting que aspira a la permanencia, atiende las preguntas de LA NUEVA ESPAÑA con la franqueza y contundencia que traslada a su juego. No hay prisas ni rodeos, sólo las palabras necesarias para explicar cómo los rojiblancos afrontan una segunda parte del campeonato que valora como "transcendental".
-¿Qué es más difícil, subir o mantenerse en Primera?
-Nunca me he mantenido en Primera. Sólo estuve un año (Racing), y perdimos la categoría. No puedo comparar, pero creo que, en nuestro caso, con unas restricciones que nos distancian el punto de partida para competir, ambos son objetivos de la misma magnitud.
-¿Qué ha sido lo más sencillo y lo más complicado del regreso a la máxima categoría?
-Lo más sencillo, el disponer de un equipo rodado, en el que todos nos conocemos bastante. Lo menos bueno, cambiar la mentalidad. Veníamos de una dinámica de ganar, de ceder la primera derrota en el último partido de la primera vuelta de la pasada campaña. Cambiar ese pensamiento, cuesta.
-Tras quince jornadas, ¿era esta la Liga que esperaban?
-Sí, Tras unos años de experiencia, el metro con el que mides la dificultad va siendo más preciso. El rendimiento está siendo muy bueno. Le daría una nota muy alta al equipo. El Sporting está respondiendo con creces, y ha vuelto a demostrar que está preparado para superar cualquier obstáculo. Eso quizá genere mayores expectativas de puertas para afuera. De puertas para adentro, somos conscientes de lo competido que estará todo hasta el último día. Cada punto hay que celebrarlo como un premio de oro. Nuestro objetivo de quedar en el puesto 17. Ascender fue lo máximo, y la permanencia debería serlo también.
-¿Sigue siendo el vestuario la misma piña que celebró el ascenso?
-Sí, completamente. La dinámica de ganar es distinta, la exigencia es mayor, los minutos para todos no son los mismos, pero es que estamos en escenarios distintos. Cuando no sumas puntos todas las semanas la situación no se hace tan amena, pero eso no quiere decir que haya falta de compañerismo o de grupo.
-Usted es uno de los capitanes, ¿cómo valora que Juan Muñiz y Hugo Fraile hayan sido descartados?
-Esto es la élite máxima. En un vestuario de Primera División hay muchas situaciones difíciles. He estado en vestuarios mucho más complejos, en los que he podido vivir situaciones de todo tipo, incluso sufriéndolas en primera persona. No es del agrado de nadie, porque todos ambicionamos estar en el campo, pero hay una persona que decide (Abelardo), y su responsabilidad es hacerlo buscando el bien del equipo. Quizá uno de los hándicaps que tenemos es esa falta de experiencia, no sólo en la competición, también en la convivencia dentro de un equipo de primer nivel. Como compañero, les entiendo, he estado en esa situación, pero hay que sacar lo positivo de ello y saber sobreponerse. Estamos para ayudarles.
