Se trata de una cuestión de respeto. De hacerse valer. Pero también de puntos. Más allá de la explosión de rabia, de la protesta, de la unión del vestuario, el Sporting tiene que invocar al fútbol, que le ha acompañado poco en los últimos partidos. La mejor forma de ganarse el respeto que reclama estos días el sportinguismo, porque el respeto no se pide, se gana, sería derrotar al Athletic, volver a sumar de tres y asomar la cabeza en la pelea por la permanencia. Para ello, los rojiblancos tendrán que superar a uno de sus peores rivales. Pero a estas alturas del banquete ya no sirve apartar los guisantes. Hay que entrarle con decisión al plato fuerte. La actuación calamitosa de Estrada Fernández en Granada, o del propio Del Cerro Grande en Sevilla (nunca viene mal recordarlo), no debe distraer de la escasa producción del Sporting en los últimos encuentros.

Como el equipo siempre ha sido intenso, lo que hay que pedirle es más fútbol, que lo tiene. Abelardo anuncia un equipo más ofensivo, que buscará la posesión. Anuncia también cambios, no muchos, pero sí abundantes. Se da por hecha la vuelta de Halilovic y Ndi al equipo titular, dos futbolistas capaces de retener el balón, capaces de hacer cosas, sobre todo el croata. Y es que eso es lo que se ha echado de menos en el Sporting en las últimas semanas, que sea capaz de hacer cosas, más allá de una jugada aislada, como sucedió en el Villamarín o en Los Cármenes.

Vaya por delante que la empresa no es sencilla. El Athletic es un equipo temible, con más argumentos que un físico impresionante y poderoso. La vista se va a Aduriz, el gran goleador postrero, (quién iba a decir hace unos años el giro que daría su carrera), pero detrás del ariete está Beñat, el cerebro, Raúl García, el corazón, o Muniain, el talento. El Athletic es un equipo completo, que ha sido capaz de arrebatarle un título al Barcelona de Luis Enrique. Falta Williams, y se agradece, pero queda mucha artillería pesada.

Abelardo no ha tenido mucho donde elegir en el centro del campo, donde Rachid y Mascarell parecen la única opción disponible. El Pitu puede reservarse alguna sorpresa en la defensa. Ha prescindido de Lichnovsky en la convocatoria y eso podría abrirle la puerta del lateral derecho a Lora. Quizá hasta Vranjes dispute su primer partido como central, si el Pitu da descanso a algún jugador.

Isma López vuelve a la titularidad en el lateral izquierdo para enfrentarse al equipo en el que se formó y del que llegó al Sporting. El navarro, como sus compañeros, no está para sensiblerías. Es un partido de urgencias para el Sporting, cuyo principal objetivo ahora es el de no perder comba con los equipos que marcan la permanencia.

El Molinón bramará con furia y dedicará un recibimiento a base de pitos a Del Cerro Grande, al que le mandarán saludos para Fernando Llorente. El palco quizá se lleve lo suyo, por la falta de contundencia en una semana en la que el club necesitaba una voz firme y con autoridad que se dejase oír en los foros adecuados. Como hacen la mayoría. No era el momento de tener miedo a molestar. Cuando la razón asiste, no hay de qué avergonzarse. Se trata de canalizar la rabia, de convertirla en combustible para el triunfo.