"Pensando mal, sí que lo pensé, pero prefiero no hacerlo". Tomás Hervás intentó medir sus palabras el pasado viernes cuando se le preguntó si la dura reacción de Abelardo tras la visita al Granada, al estallar por los continuados errores arbitrales que han perseguido al primer equipo, han podido traer consecuencias al Sporting B. El entrenador del filial evitó buscar algún tipo de relación, aunque los hechos puedan contestar por sí solos. El Sporting B ha sufrido seis expulsiones y tres penaltis en las últimas cuatro jornadas. Curiosamente, justo después de que el Pitu explotara en la sala de prensa de Los Cármenes.

Todo comenzó el pasado 3 de marzo, después de que el Sporting visitara Granada. En Los Cármenes, los guajes de Abelardo cayeron derrotados, víctimas de un gol anulado por un fuera de juego inexistente de Sanabria, seguido de un claro piscinazo de Barral en el área en el que Estrada Fernández vio penalti. "Me siento robado", clamó el Pitu a la conclusión del encuentro. Una reacción por la que ha pedido disculpas, pero que motivó la apertura de un expediente que está pendiente de resolver. Tres días después de todo aquello, el Sporting B visitaba al Arandina. A los veinte minutos, se encontró con un penalti en contra y la primera de las tres expulsiones del partido, al ver Julio la roja. Pedro y Dennis también se fueron a la ducha antes de tiempo, este último, tras ver la segunda amarilla a consecuencia de una nueva pena máxima señalada en contra. Incluso los medios burgaleses se hicieron eco de la excesivo castigo infligido por el árbitro, el extremeño Conejero Sánchez. Los de Tomás cayeron por 3-1. Lo que parecía una anécdota, continuó dos semanas después, en la visita al Peña Sport. El filial volvió a nadar contracorriente al terminar con diez, por expulsión de Cifre, pero consiguió sobre la bocina un valioso triunfo, 1-2. El pasado viernes, ante el Izarra, la rigurosidad de Gorostegui Fernández-Ortega se cobró otras dos expulsiones, la de Jaime, a los veinte minutos, por doble amarilla, y la de Alberto, por roja directa, por un penalti nada más iniciarse la segunda parte. El filial acabó goleado, 2-6.