"No bajamos", sentencia ese genio de Ujo que anda suelto por Gijón, Maxi Rodríguez, que tiene hilo directo con el talento y con los recovecos del vestuario. No se olvide que es nacido en Ujo, territorio de Mieres, y que mañana sube a las tablas del Jovellanos "La Praviana", de Vital Aza, editada por Pepe Monteserín, sabio de la pluma y de la vida. El pronóstico del gran Maxi Rodríguez es un canto a la esperanza del sportinguismo, que sabe de sobra lo que dijo el gran timonel: o el Sporting gana en Las Palmas de Gran Canaria, hoy, y al Sevilla en el Anfield del Piles, el miércoles, o no logra la permanencia. Las cuentas de Abelardo son las de cualquier seguidor rojiblanco sensato. Las cuentas de Abelardo tienen que salir para que el pronóstico de Maxi se haga feliz realidad. Las buenas gentes rojiblancas se animan en estas horas con el recuerdo de la fiesta del final de la temporada pasada en Sevilla, en el campo del eterno rival del próximo visitante.
Cuando esta tarde salten al terreno de juego los rojiblancos, que irán de rojo, ya sabrán los resultados de los dos equipos que navegan en la tabla por detrás de ellos: el Levante se enfrentó anoche al Betis, que se vuelve a cruzar en los caminos rojiblancos, y el Getafe abre la tarde futbolera nada menos que ante el Real Madrid. El partido le da miedo a Zidane, entrenador de los próximos rivales del Manchester City de Pellegrini, que regresa al Bernabeu con el convencimiento de que la venganza es un plato que se come frío. Pero el Real Madrid que interesa hoy es el que visita Getafe después de pasar ronda europea y después de conocer el resultado europeo, ese sorteo que, según mi filósofo favorito, está siempre amañado. Ya lo dijo él cuando empezó la temporada. Como si el City fuera un regalo del cielo.
Es cierto que los supervivientes europeos tienen labor de sobra en estos días. El Sevilla, siguiente objetivo rojiblanco, juega esta fin de semana después de la paliza a la que le sometió el Athletic de Bilbao; viene el miércoles a Gijón, juega Liga al fin de semana siguiente y Europa League al jueves siguiente. Semifinales, que no es una simple fase de grupos. El Sevilla, todo sea dicho de paso, es el único equipo español que se mantiene en tres competiciones porque tiene en el objetivo nada menos que la final de la Copa del Rey.
Metemos en lid, damas y caballeros, señoras y señores diputados, porque la visita andaluza a El Molinón la ha marchado en rojo Abelardo Fernández, que ha lanzado mensajes rotundos en su última rueda de prensa y que habrá que analizar en detalle y con paciencia. La cuestión fundamental, sin embargo, es lo que suceda esta tarde en el lejano archipiélago de la Macaronesia. El partido es más importante que aquel de vuelta de las semifinales de la Copa del Rey de 1978, cuando interesó mucho que la UD Las Palmas jugara la final. Pues aquel partido, a recoger cualquier día de estos en el canal historia, se queda pequeño al lado del de esta tarde. Una victoria abrirá la esperanza y acercará al Sporting al optimista anuncio de Maxi Rodríguez, ese genio de Ujo que anda suelto por Gijón para disfrute de los lectores de este periódico y del público en general. Quedan pocas semanas para que se confirme o no el pronóstico.
