Quini se llevó la primera ovación del partido disputado ayer entre el Sporting y el Barcelona. El Brujo recibió la insignia de oro y brillantes del club catalán, de manos de Josep María Bertomeu, presidente de la entidad catalana, en el palco de honor del campo. Un homenaje en el que estuvo arropado por la directiva culé, en la que se encuentra la asturiana Susana Monje, y también por Antonio Veiga, Javier Martínez y Ramón de Santiago, que ayer formaron parte de la expedición rojiblanca. Quini agradeció, emocionado, la distinción, antes de que la propia afición azulgrana ampliara el reconocimiento a pie de campo. "Ha sido un día imborrable, especial. Es lo máximo", señaló el Brujo.

"Nos visita uno de los jugadores más emblemáticos de nuestra historia", se escuchó desde la megafonía del Camp Nou para anunciar al público la presencia de Quini. Una primera frase, en catalán, como el resto de la alocución, que levantó la expectación mientras el Brujo emergió por el túnel de vestuarios. "Tenemos la oportunidad de demostrarle la nuestro afecto una vez más", se prosiguió desde los altavoces del campo, mientras emergieron las primeras palmas. "Un fuerte aplauso para Enrique Castro, Quini", se concluyó por la megafonía, cuando ya todos los espectadores dedicaron una cerrada ovación al astro rojiblanco que dejó el sello de sus goles durante sus cuatro años como azulgrana. Quini terminó de asomarse al terreno de juego para recoger las muestras de cariño escasos minutos antes de que el balón se pusiera en juego.