Una vez más la afición rojiblanca ha demostrado ser el jugador número doce del Sporting. Tanto fuera de casa como en El Molinón. Aunque los resultados no acompañaron durante buena parte de la temporada en casa, el feudo sportinguista fue clave en el tramo final para conseguir la permanencia. El Sporting ganó sus tres últimos partidos como local y consiguió así firmar la salvación en la máxima categoría. Todo ello aupado por una media de 23.559 espectadores, lo que supone el mayor registro en El Molinón en las últimas tres décadas, superando los 22.426 espectadores de medida de la temporada 2010-2011 o los 21.608 que acudieron a El Molinón en la 1995-1996.

El sportinguismo vive un momento dulce. El ascenso de 2008 hizo que superase la barrera de los 20.000 espectadores de media durante la temporada. Ese baremo se mantuvo durante cuatro años, hasta que el descenso de 2012 redujo otra vez la asistencia a los 15.000 espectadores. Aún así este descenso no supuso una desilusión tan grande en la afición como el de 1998, cuando el descenso de aficionados en los partidos de El Molinón fue por medio de un goteo continuo hasta situarse en torno a los 11.000 y bajar incluso la barrera de los 10.000 espectadores de media en la temporada 2005-2006, con Ciriaco Cano de entrenador, y con el club inmerso en el proceso concursal por una delicadísima situación económica, que hizo que se bajase a 9.128 espectadores.

En torno a 5.300 aficionados más de media siguieron este año las andanzas del Pitu y sus guajes en cada partido del Sporting como local. Una temporada en la que el Sporting obtuvo en El Molinón 25 puntos por los 14 que consiguió fuera. En casa se impuso al Málaga, Las Palmas, Real Sociedad, Atlético de Madrid, Sevilla, Éibar y Villarreal. La mayoría de puntos los consiguieron ante los equipos de la zona alta. Y como nota curiosa, ninguno de los finalistas de la Liga de Campeones ganó en Gijón. El empuje de la afición fue fundamental también para arañar un empate ante el Madrid, y para firmar tablas también ante Granada, Deportivo y Rayo Vallecano. La pega fue que se escaparon puntos ante rivales directos como Levante, Getafe o Espanyol, que se llevaron la victoria de El Molinón.