El fichaje de Mariño por el Sporting, que se confirmará de forma oficial en las próximas horas, romperá con un cuarto de siglo en el que los rojiblancos no han pagado ningún traspaso a ningún club, al menos de forma oficial, por un guardameta. Y también supondrá una contradicción en el discurso de Nico Rodríguez, director deportivo de la entidad, que afirmó el pasado 30 de mayo que el club no podría pagar traspasos y que las nuevas incorporaciones llegarían a coste cero. El Sporting deberá pagar al Levante una cantidad cercana a los 200.000 euros para reforzar una demarcación que tendrá, con la llegada del cancerbero gallego, tres guardametas.

Hace 25 años que el Sporting no abona algún importe por hacerse con los servicios de un portero. Desde que se pagaron 80 millones de pesetas por Emilio Isierte, unos 500.000 euros de ahora, los refuerzos no supusieron ningún coste para las arcas rojiblancas. Aunque es cierto que hubo operaciones singulares como las de Juan Pablo y Alberto, que tuvieron que hacer frente de su bolsillo a las rescisiones de contrato con sus clubes para venir a Gijón, y se vieron recompensados con un aumento en la ficha que tenían en sus equipos anteriores.

La cifra que se pagó por Emilio Isierte es algo más del doble de lo que tendrá que hacer frente el club gijonés por Mariño. Una cantidad que el Levante reclama para amortizar parte de lo que pagó hace un año al Valladolid (algo más de 300.000 euros) por hacerse con sus servicios. Mariño también hará un esfuerzo y renunciará a una parte para compensar el esfuerzo que hace el Sporting. Todas las partes están de acuerdos en los términos de la operación y en cuestión de horas Mariño pasará a ser el segundo fichaje de esta temporada del Sporting tras el del mediapunta Víctor Rodríguez.

Desde que llegó en 1991 Emilio Isierte procedente del Castellón, la nómina de porteros que han recalado en Gijón, sin contar los que ascendieron desde la cantera de Mareo, ha sido bastante amplia. Pero por ninguno de ellos el Sporting pagó una cantidad, al menos de forma oficial. En la época más reciente Cuéllar fichó en 2008 tras desvincularse del Atlético de Madrid, aunque con una opción de recompra para el conjunto colchonero que finalmente no llegó a ejecutar. Juan Pablo fichó un año después tras fijar el Numancia su salida en 500.000 euros, pero el leonés se hizo cargo de la rescisión, y se vio recompensado con un aumento de su ficha al llegar a Gijón, en una operación bastante parecida, aunque con una cifra más baja, a la del fichaje de Alberto García hace tres veranos. En ese periodo reciente Lafuente llegó cedido desde el Athletic y Sergio Sánchez lo hizo libre desde el Ado Den Haag de Holanda.

A principios del siglo pasado el Sporting incorporó a Juanjo Valencia cuando se lesionaron los canteranos Juanjo y Sergio Sánchez, y después llegó Roberto libre desde el Celta de Vigo. Y en la década de los noventa, en la que Ablanedo ocupó la mayor parte del tiempo la titularidad, estuvieron en el Sporting el canterano Ramón Ruiz; Liaño, que llegó libre desde el Deportivo; Lekovic, que vino cedido en 1998 en los seis primeros meses del año; y el ya mencionado Emilio Isierte, que se hizo famoso en aquel entonces por su récord de imbatibilidad de un portero en 697 minutos sin encajar un gol y por su gran actuación en la tanda de penaltis de la Copa de la UEFA ante el Partizan de Belgrado en un partido celebrado en Estambul por la Guerra de los Balcanes.