La victoria ante el Athletic ha devuelto el optimismo a la afición del Sporting, que navegaba en un mar de dudas después de ver la profunda remodelación que ha sufrido el vestuario durante este verano. Y aún se espera la llegada de un delantero que remate el proyecto. El sportinguismo tenía ganas de ver competir al nuevo Sporting y la solvente victoria ante el Athletic de Bilbao ha desbordado la ilusión entre el sportinguismo. Al triunfo hay que añadir la excelente puesta en escena de algunos de los fichajes que acaban de aterrizar en Gijón.

La seguridad defensiva. Una de las notas más destacadas que deja el encuentro ante el Athletic es que el equipo mantiene su solvencia defensiva. Fernando Amorebieta firmó una actuación imperial que puede convertirle en el nuevo jefe de la zaga rojiblanca. La sociedad que forma con Jorge Meré es una garantía en todos los sentidos. En el lateral, Lillo completó una estimable actuación y minimizó las acometidas rivales. Isma López mantuvo el nivel conocido en un día complicado en el que se vio cara a cara con el peligroso Iñaki Williams.

El Sporting tiene pegada. El equipo de Abelardo generó un nuevo importante de ocasiones y materializó dos buenos goles que hicieron estallar a la grada. Además de estos dos tantos, el Sporting dispuso de un penalti y mandó un balón al larguero. En esta faceta merece mención especial el delantero croata Duje Cop, que mostró un buen manejo del juego de espaldas, capacidad asociativa, buenos contactos con el balón y adelantó al Sporting con un remate complicado, tras un gran movimiento para desmarcarse de San José y anticiparse a él.

La versatilidad de los mediapuntas. La línea de enganches sigue siendo uno de los grandes argumentos rojiblancos. Víctor Rodríguez fue el mejor jugador del Sporting en el encuentro, pero Moi Gómez y Burgui dejaron también prometedores detallas que agradaron a la grada y anuncian alegrías futuras. Se trata de tres futbolistas rápidos, con desborde y visión de juego, como quedó de manifiesto en el contragolpe que hilvanaron en la acción del segundo gol. Además son jugadores versátiles por lo que Abelardo pudo cambiarlos de posición en distintas fases del encuentro.

Cuéllar llega en forma. Quizá tuvo menos trabajo del esperado, pero Cuéllar lo despachó con seguridad. El trabajo defensivo de todo el trabajo de todo el equipo concedió pocas ocasiones claras al Athletic. Un resbalón de Adúriz en la más clara y los reflejos del extremeño sostuvieron al equipo en los momentos de mayor dominio bilbaíno. Cuéllar se mostró solvente incluso en los balones aéreos.

El cerebro, siempre en Mareo. La recuperación de Sergio permitió a Abelardo mantener su centro del campo de cabecera, con Sergio y Nacho Cases. Una metáfora que parece indicar que el cerebro del equipo sigue estando en Mareo. No fue el mejor día para los centrocampistas. La intensidad del choque provocó que hubiera mucho juego directo por parte del Athletic y transiciones muy rápidas en ambos equipos. Sergio y Nacho Cases son una garantía ya conocida para el sportinguismo.