Todo llega, vaya si llega. Hasta el día del mercado final, que es hoy, cierre de agosto y horas veinticuatro para que algunos fichajes pasen de la musas al teatro. No parece que sea el caso del Sporting, que ha hecho los deberes de las incorporaciones (se supone), aunque quizá tenga pendientes algunos descartes, que, a la vista de la evolución de los acontecimientos, se antojan de lo más complicado. Hay futbolistas que corren en busca de cuatro duros más de los que podrían cobrar aquí, y a los que hay que tomar la matrícula, y otros que no se mueven porque como en casa ni hablar. Y eso que el clásico sentenció que donde mejor se está es fuera de casa. Pero él se refería a los cafés y las salas de fiesta, con la casa cerca para el reparador descanso. Cada cosa a su tiempo.
Presentado al mediodía de ayer Douglas, que nos hacer recordar a Douglas MacArthur, ilustre general; a los actores Douglas Fairbanks, senior y junior, o a Kirk Douglas y su hijo Michael, ambos vivos, y, no digamos, el director de cine Gordon Douglas. No son malos recuerdos, claro que, damas y caballeros, señoras y señores diputados, pero la cuestión rojiblanca no vive de recuerdos cinematográficos, sino de realidades futbolísticas. El brasileño es un auténtico refuerzo, y gratis, según recordó el gran timonel, valedor de la operación. El cierre del verano con más fichajes desde hace años se llama Viguera, de quien no se sabe cuánto ha costado. El Athletic lo quiso meter en operaciones que no cuajaron porque se tenían que hacer con la Real Sociedad, que se cierra en banda por cuestiones de alta política. No es el caso del Valencia, que dice sí a todas las ofertas del Barcelona y no a las del Real Madrid, con el que no se lleva desde el lejano fichaje de Mijatovic. Cada club tiene sus costumbres y sus manías.
Habíamos quedado que en las grandes praderas rojiblancas no se van a producir movimientos de tropas de última hora, aunque en casos como éste hay que seguir la doctrina de Zidane, quien dice que hasta el último minuto pueden pasar cosas. En el caso del club de Zidane y en el del Sporting, salidas en todo caso. Los nombres de James e Isco van y vienen continuamente.
Lo que se ha quedado para la mochila de las anécdotas son las gafas usadas por el nuevo seleccionador nacional, Julen Lopetegui, en su primer entrenamiento: unas gafas de sol que no las mejoraría ni Luis Enrique, que usa ese tipo de gafas por recomendación médica, algo que se supo muchos meses después de que apareciera con ellas en el campo de entrenamiento. A Lopetegui las gafas no le han hecho ningún favor, pero menos aún el capitán Sergio Ramos, el hermano de René, que ha echado de menos a Iker Casillas y que ha pedido paciencia con el nuevo seleccionador. Dos lanzadas en el costado para empezar a hablar.
Los días son los que son, pero las buenas costumbres han de ser mantenidas; por eso, si pregunto, ¿molesto?: Esuperio, ¿adónde llega el montante del coste de la primera plantilla rojiblanca para la temporada que acaba de comenzar? Es una cifra que tiene su morbo. Pues eso.
