El Sporting sufrió el sábado los efectos de la "doctrina Luis Enrique". Desde la llegada del gijonés al banquillo del Barcelona no hay ninguna verdad inmutable. "Lucho" puede decir tras un partido, como el de Butarque, que no le importaba la posesión sin que tiemblen los cimientos del barcelonismo. Para Guardiola era innegociable el estilo, basado en la posesión del balón y jugar casi siempre en campo contrario. Con Luis Enrique, en función del rival o del momento, el Barça puede buscar sin complejos el contragolpe. Y, normalmente, funciona. Por eso ni siquiera se inmuta cuando cae Leo Messi, la base sobre la que se ha asentado un equipo de época.

Otro Barça. Luis Enrique demostró en El Molinón que puede hacer de la necesidad virtud. Ya que no contaba con el tridente de ataque y que tocaba medirse con un equipo que disfruta a la contra, llenó la alineación de centrocampistas. Y como este verano ha ampliado su fondo de armario con piezas de marca, se permite el lujo de dejar en el banquillo a dos titularísimos, Rakitic e Iniesta. Con Rafinha, André Gomes, Busquets y Arda Turan, el Barcelona no tuvo tanto control como otras veces, pero fue un equipo versátil: defendió bien y, tras provocar el desgaste de su rival, acabó encontrando las vías para llegar con claridad hata Cuéllar. Lejos queda aquel Barça que convertía cualquier partido en un enorme rondo, basado en el triángulo Xavi-Messi-Iniesta. Escaseaban los pases en largo y los centros al área estaban casi prohibidos. El sábado el primer gol llegó tras una recuperación y un pase en profundidad de Arda Turan a Luis Suárez. El segundo, a partir de un cambio de dirección de Neymar hacia Sergi Roberto, con centro del lateral y cabezazo en plancha de Rafinha. El tercero y el cuarto llevaron el mismo sello: apertura a la derecha y centros de Sergi Roberto.

De repente, un gran lateral. El protagonismo de Sergi Roberto en Gijón no es casual. Obligado a buscar una alternativa a Dani Alves, el lateral derecho que encajó como un guante en el juego del Barcelona durante ocho años, Luis Enrique sorprendió a todos con el canterano. Porque Sergi Roberto había destacado en la cantera como pivote en el centro del campo y como interior. También había rendido ocasionalmente en posiciones adelantadas, pero nadie lo imaginaba asentándose en la defensa. "No veo un lateral derecho mejor que él, al menos para el Barça", recalcó Luis Enrique en la sala de prensa de El Molinón, tras la exhibición de su jugador. Sergi Roberto engordó su estadística personal con dos asistencias, lo que le convierte en el líder de su equipo en ese apartado en la Liga, con cuatro. No se contabiliza su intervención en el 0-3 porque su pase lo envió Alcácer al larguero antes de que Neymar apareciese para remachar. Resultó también determinante en la jugada que acabó por decantar el partido, al provocar la segunda tarjeta amarilla a Lora, en una jugada que confirmó su privilegiada condición física, ya que se produjo en el minuto 73. Poco a poco, el joven jugador de la cantera también despeja dudas sobre sus prestaciones defensivas. Burgui lo sufrió el sábado, como antes les había ocurrido a Muniain, Carrasco y otros jugadores con gran capacidad de desborde. Ante el ostracismo de Aleix Vidal, Sergi Roberto ya juega un papel fundamental en el Barça de Luis Enrique.

Rotaciones dentro de un orden. La derrota frente al Alavés, con sólo cuatro titulares en el once inicial, puso en duda el plan de rotaciones de Luis Enrique para esta temporada. Pero lejos de rectificar, el asturiano sigue su hoja de ruta, aunque con matices. Si en Butarque la principal innovación fue de tipo táctico (un 3-4-3) en El Molinón, al margen del obligado por la lesión de Messi, dio entrada a cuatro jugadores no habituales: dos en defensa (Mathieu y Digne) y otros dos en el centro del campo (André Gomes y Arda Turan). Procuró mantener en cada una de esas líneas una referencia indiscutible, como Piqué en la zaga y Busquets en el eje de la medular. Y aunque el juego del Barcelona estuvo lejos de su mejor versión fue un equipo con empaque. Incluso en sus peores momentos, en los primeros veinte minutos de la segunda parte de empuje sportinguista, el Barça dio sensación de solidez defensiva. Aunque están en fase de acoplamiento, los jugadores incorporados para mantener el nivel competitivo del equipo han dejado buenas sensaciones, especialmente Umtiti y André Gomes.