Sporting y Valencia miden su mal momento en El Molinón. La situación de los rojiblancos, a pesar de las cuatro derrotas encadenas, no es tan traumática como la del conjunto che, que parecía llamado a cotas más altas. El equipo valenciano llega a Gijón en puestos de descenso, con sólo seis puntos sumados en siete partidos y después de que se haya producido un relevo en el banquillo. El Sporting quiere recuperar el paso de su buen inicio liguero y cortar la depresión de resultados en los que se han sumido. Los de Abelardo han tenido dos semanas para superar la traumática derrota de Riazor, que se produjo de forma cruel con un gol de Babel en el tiempo añadido.

El parón liguero le ha servido a Abelardo para recuperar a futbolistas que tenía tocados, como Nacho Cases o Amorebieta, que serán de la partida el domingo. A cambio, pierde a Babin, lesionado con su selección, y a Canella que se retiró del amistoso ante la Real Sociedad. También el Valencia ha sacado rendimiento a las dos semanas transcurridas desde su último partido. Cesare Prandelli ha tenido un tiempo extra para que sus ideas calen en la plantilla valenciana y para levantar el ánimo del equipo.

El inicio liguero del Valencia ha estado muy por debajo de lo esperado. Hasta el punto, de que es el peor arranque valenciano desde hace veinte años. En estas dos décadas, el conjunto che se ha confirmado como una alternativa a los dos grandes del fútbol español, con permiso del Sevilla y del Atlético de Madrid de Simeone. En estas dos décadas, el Valencia ha levantado dos ligas, una Copa de la Uefa, dos Copas del Rey, una Intertoto, una Supercopa de España y otra de Europa. Un balance impresionante, que contrasta de forma llamativa con su pobre inicio liguero.

La explicación hay que buscarla en la descapitalización de la plantilla en las últimas temporadas. El Valencia de Peter Lim pasa por ser uno de los clubes que mejor vende de Europa, pero la merma en el potencial deportivo es evidente. A ello, hay que unir las malas elecciones para el banquillo, que se quieren corregir ahora con la llegada de un técnico del prestigio de Prandelli.

El resultado de la política impuesta por el magnate de Singapur es que el Valencia no firmaba un inicio de Liga tan pobre desde la temporada 1997-98, de infausto recuerdo también para el sportinguismo. En aquella ocasión, el Valencia sólo sumó 4 puntos en los siete primeros partidos y era 17º en la clasificación. Luego reaccionó y terminó la temporada en la novena plaza.

La llegada de Prandelli hace estériles todos los informes que manejaban Abelardo y su cuerpo técnico. El italiano se estrenará en El Molinón y el nuevo Valencia es una completa incógnita, tanto en su manera de jugar como en los hombres que escogerá. El Sporting apela a la fuerza de El Molinón, donde ha rendido a buen nivel.