Una victoria es la distancia entre el Sporting de los guajes y el actual conjunto rojiblanco. Si se comparan las trayectorias del equipo del año pasado, con el del actual, sería el primero el que saldría ganando, aunque fuera por la mínima. Y es que tres puntos más o menos, tras once jornadas disputadas, son capaces de catapultarte a la zona tranquila, o dejarte en los puestos de descenso. Abelardo, con plantillas de características diferentes, trata de repetir ahora algunas de las líneas maestras con las que llevó al éxito al equipo durante los últimos dos años. La más urgente, la de recuperar una solidez defensiva. Algo que se aprecia perfectamente en números en esta confrontación entre pasado y presente. Si el Sporting de los guajes recibió quince goles en las primeras once jornadas, el de lapresente campaña lleva ya veintidós en el mismo espacio de tiempo y con un calendario parecido.

La Liga acaba de empezar y la competición ha brindado durante los últimos años ejemplos de equipos que han pasado de protagonizar malos comienzos,a acariciar los puestos europeos. Y viceversa. Casos como el desplome del Eibar en su primera campaña en Primera, o reacciones como la del Málaga la pasada temporada, se convierten en pruebas de que los números o las matemáticas no son siempre fiables en el mundo del fútbol. El Sporting camina, además, entre dos aguas. Y es que los rojiblancos están inmersos en un proceso de renovación que se resume en los trece fichajes efectuados el pasado verano y que, hasta el momento, no han logrado su cometido: mejorar el rendimiento ofrecido por el conjunto gijonés el año pasado.

El Sporting supo sacar el máximo partido a sus escasas ventajas durante la temporada del regreso a Primera. El núcleo del equipo estaba formado, a fuerza de castigos sin fichajes, y las ideas grabadas a fuego durante una campaña en Segunda en la que sólo hubo que lamentar dos derrotas, ejercieron de guía para creer en el milagro de la permanencia.

Las once primeras jornadas mostraron un equipo con argumentos para hacer posible lo que en principio parecía imposible. El Sporting inició la campaña con un empate sin goles ante el Real Madrid que ejerció como la mejor carta de presentación. Se estrenó así un casillero de igualadas a las que se añadieron las logradas ante la Real Sociedad, en la semana siguiente, y ante el Granada. El equipo logró otros tres triunfos. El primero, en la jornada cuarta, en la visita al Dépor, que continuó con el cosechado ante el Espanyol, también a domicilio, y el trabajado ante el Málaga, ya en El Molinón. Cinco fueron las derrotas en este espacio de tiempo, ante Valencia, Rayo Vallecano, Betis, Athletic de Bilbao y Atlético de Madrid.

El calendario que esperaba al Sporting en las once jornadas iniciales de la presente temporada también ofrecía, como el del año pasado, dos choques contra los denominados "grandes" y una mezcla entre equipos que pelearán por la permanencia y otros que aspiran a cotas más altas. Los rojiblancos también iniciaron con buen pie la campaña, en este caso, con la primera de los dos victorias sumadas hasta el momento, ante el Athletic, en El Molinón. Le siguió un trabajado empate en Vitoria y se añadieron otros tres puntos ante un recién ascendido, el Leganés. El juego y los resultados parecían invitar a disfrutar de una campaña con menos sobresaltos que la anterior, pero entonces se abrió la crisis de resultados que, en forma de ocho partidos consecutivos sin victoria, han lastrado al conjunto de Abelardo. Y es que los gijoneses sólo han podido añadir, desde entonces, dos empates, ante Granada y Sevilla , que no han servido para dejar los puestos de descenso. El resto se cuenta por derrotas, ante Atlético de Madrid, Celta, Barcelona, Deportivo de La Coruña, Valencia y Málaga.

Llegado casi el primer tercio de la competición, los rojiblancos se centran ahora en dar un paso al frente que demuestre la progresión deportiva a la que aspira el club. Un crecimiento que técnicos y futbolistas acompañan con un mensaje claro: el objetivo sigue siendo el mismo, la permanencia en Primera.