Toda historia tiene un principio. El de la asociación de veteranos del Sporting lo escribieron ellos hace 25 años. Tuvieron la idea y la pusieron en marcha con más de cien socios en su constitución. "Los compañeros se apuntaron en seguida". El próximo sábado, la organización que ellos crearon y que ahora "dirigen los jóvenes, que están mucho mejor preparados", les rendirá un merecido homenaje que les llena de orgullo y que reciben con emoción. La primera junta directiva de la asociación de veteranos del Sporting se reúne de nuevo en LA NUEVA ESPAÑA, aunque muchos de ellos siguen manteniendo un estrecho contacto. El próximo sábado la asociación de veteranos organiza su tradicional misa en la iglesia parroquial Juan XXIII en Viesques y posteriormente habrá una comida. Ellos aprovechan el encuentro promovido por este periódico para organizarse y deciden que sea Eraña el portavoz en el acto homenaje.

El encuentro da para mucho: se repasa la mejor historia del club, se analiza el momento actual y se debate, sobre todo, de fútbol, pero también de lo administrativo y lo económico. Son puro fútbol. Sobre la mesa se desparraman montones de anécdotas. Armando Medina fue el primer presidente de los veteranos, le acompañan Juan Eraña, quien ya era socio de los veteranos del Athletic y trajo de allí los estatutos para estudiarlos, Miguel Montes, Alonso, Cuñarro y el exdirectivo del Sporting Carlos Ruiz. Una alineación de lujo. "Lo mejor, aparte de la constitución, fue la continuidad que le está dando la junta directiva actual", espeta Alonso. Y todos rompes en halagos hacia los Joaquín, Jiménez, Ablanedo, David, Cundi y el resto de directivos actuales. "Lo que me extraña un poco es que casi no juegan partidos", observa Medina sin ánimo de reproche y todos coinciden en que hay problemas para encontrar jugadores como señala Alonso: "Tienen el mismo problema que teníamos nosotros y es que sólo hay gente cuando vienen el Madrid o el Barcelona".

"La asociación arrancó con muchas dificultades", explica Juan Eraña. La palabra salta de uno a otro, como pasaba el balón en los buenos tiempos. "Había asociación de veteranos en los mejores clubes", completa Miguel Montes. Mientras que Medina, el primer presidente, puntualiza que "antes de crearla ya habíamos jugado algunos partidos, como el torneo que ganamos en Valdesoto al Oviedo y al Athletic". En este partido se produjo la famosa anécdota de la cuchara de Redondo y Quini. "Quedamos campeones de España en el primer torneo que se hizo en Brunete ganando al Real Madrid en la final", aclara orgulloso Medina. La réplica es inmediata: "Por eso al año siguiente no nos llamaron para jugar".

Carlos Ruiz sitúa le gestación: "La primera reunión la hicimos en 1990 en la cafetería de Cundi". Un año después, la asociación sería un hecho. Acto seguido se abre el capítulo de agradecimientos: a la Caja, que les dio 250.000 pesetas, al ayuntamiento que les cedió y acondicionó un local en El Molinón y a Valentín, el de Las Delicias, por las atenciones prestadas. Por supuesto, también al club con el que hubo una relación magnífica casi siempre. "Salvo un momento en el que nos quisieron echar, pero aparte de eso nunca nos dio ningún problema", matiza Alonso. El primer presidente del Sporting con el que trataron fue Ramón Muñoz, que les abrió las puertas del club.

Una colaboración estrecha que, sin embargo, les gustaría que fuera más profunda. "Tendría que haber una representación de los veteranos en el consejo de administración del club", señala Miguel Montes, quien enseguida detalla que "la relación es buena, pero tendrían que dejarse asesorar en la parte técnica". En estos 25 años, nunca un representante de la asociación de veteranos ha formado parte del órgano gestor del club. Lo más parecido fue el caso de Iñaki Eraña que era un asesor externo del consejo, pero a título personal y no en nombre de los veteranos.

El tema del consejo da para mucho. Ellos representan al fútbol de siempre y les cuesta creer que el presidente del Sporting vaya a cobrar por estar en el club siendo además el dueño. "Es un arma muy peligrosa. Me cuesta creer que lo vaya a hacer, porque imaginaros que se ponga a cobrar y descienda el equipo... Tendría que marchar de Gijón". Lo dicen Miguel Montes y lo refrendan todos. Juan Eraña va más allá y, a colación de los recientes nombramientos en el club, apunta que "no sé por qué hay que traer una persona de Madrid habiendo gente en Gijón que está muy preparada". Asentimiento general. "En Mareo ya no caben", desliza alguno.

En general, no les gusta el fútbol moderno. "Veo muy poco fútbol", sentencia Eraña que en cambio es un habitual de los partidos de categorías inferiores. Carlos Ruiz pone el foco en la conversión de los clubes en sociedades anónimas deportivas, lo que considera que "fue un fracaso". Miguel Montes hace un apunte más técnico: "A mí el fútbol de ahora me aburre. Guardiola hizo un gran trabajo y tuvo éxito, pero han salido un montón de imitadores que han remachado el fútbol".

Al mismo tiempo, valoran la labor que está realizando Abelardo. "Ahora tenemos la suerte de contar con un entrenador que es de la casa y es más fácil que puedan subir chavales".

Son tan amigos, que comparten la mayoría de los puntos de vista. Por ejemplo, todos echan de menos a los guajes y una mayor presencia de Mareo en las alineaciones. "Hay equipos que sacan todos los años dos o tres chavales y aquí, con las instalaciones que hay...", arranca Eraña y Alonso apunta a la base del problema: "Los equipos de base del Sporting ganan siempre 14-0 y se juegan la liga en el partido con el Oviedo". Cuñarro tira del hilo para señalar que "antes había más competitividad y salían más preparados. Del juvenil que yo entrené jugaron ocho en Primera".

Alonso lamenta que se deshiciera el Sporting de los guajes y valora que "de los chavales que marcharon, no está jugando casi ninguno". Sobre la mesa aparece el fichaje del tercer portero. "Prefiero más no decir nada". Y se calla, mientras sus compañeros asienten también con complicidad. Mientras se preguntan por qué no servía para esa función el portero del filial.

Otro asunto en el que coinciden es en la salvación va a estar complicada. "Lo normal es que estemos como el año pasado", sentencia Alonso, mientras que Eraña señala lo importante que sería para el club "pasar unos años en Primera". Todos coinciden, pero a Cuñarro se le agota el optimismo: "Veo muy difícil que nos salvemos".

Las diferencias entre su época y la actual son muchas y muy profundas. Uno de los cambios más notable es la supresión del derecho de retención y la aparición de las cláusulas de rescisión. "Antes los clubes se aprovechaban de los futbolistas y ahora es al revés", resume Montes y Cuñarro completa: "Entonces no existía la AFE". Medina cuenta que se retiró del fútbol por un desacuerdo con el contrato que tenía con el Sporting que no quiso mejorarselo y no podía irse a otro equipo. "Casi me mata la mujer", bromea. Medina pasó 16 años en el Sporting antes de tomar aquella decisión.

Uno de los aspectos que más ha cambiado es la afición. "Ahora la afición es más expresiva, antes no veías a la gente con bufandas ni camisetas", comenta Cuñarro. También ha decaído el tono de exigente. Carlos Ruiz recuerda que "viajé dos veces con el equipo a jugar competiciones europeas y a la vuelta nos esperaba en el aeropuerto ni la mujer". Alonso sale al cruce y apunta que "cuando volvías después de perder, ya te iban a esperar al Infanzón para llamarte de todo y si cedías el balón al portero desde cerca del área, te caía una pitada". Alonso también tercia y valora que "la del Sporting era una buena afición, aunque no había lo de ahora que ves familias enteras ir al campo a apoyar al equipo, antes se iba a criticar".

El fútbol ha cambiado mucho. Ahora priman el espectáculo y el negocio sobre el balón. Por eso, es refrescante echar la vista atrás y recordar los buenos tiempos. En el fútbol, como en la vida, es bueno conocer la historia, saber de dónde se viene y escuchar siempre la voz de la experiencia. La primera junta directiva de los veteranos del Sporting es, como la actual, un grupo de amigos unidos por un sentimiento común de afecto a los colores rojiblancos y de pasión por el fútbol. Hoy van a ver jugar a sus nietos mientras añoran los buenos tiempos para el fútbol y para el Sporting.