El Comité de Competición ha castigado con severidad al Sporting y ha decretado el cierre parcial de El Molinón por los cánticos racistas dedicados al delantero del Athletic Iñaki Williams en el primer partido de la temporada. Tal y como se temía, La Liga y la Federación Española han querido lanzar un mensaje de autoridad al aplicar un castigo ejemplarizante. El árbitro Clos Gómez detuvo el encuentro y posteriormente recogió los hechos en el acta. Los cánticos racistas pasaron inadvertidos a la mayoría del público presente en El Molinón, incluido el propio Williams, según declaró posteriormente. Los informes favorables que había recopilado el club no sirvieron de atenuante. El propio árbitro señaló en su acta que el club rojiblanco había tomado todas las medidas pertinentes (antes y después del incidente), así como también fueron positivos los informes favorables de los informadores de la Liga. Competición decidió incoar un expediente extraordinario que desembocó en esta sanción.

El Sporting tuvo conocimiento de la sanción a primera hora de la mañana de ayer y se celebró una reunión urgente del consejo de administración, con el abogado, Ramón de Santiago, en Mareo mientras el equipo se entrenaba en El Molinón. La respuesta del club se dio a conocer pasado el mediodía y fue contundente. El consejo de administración hizo público un comunicado en el que manifiesta su "más absoluta disconformidad" con esta resolución que entienden que "no es ajustada a derecho, es injusta y desproporcionada". Al mismo tiempo, el club trabaja ya en la preparación de un recurso al Comité de Apelación. El club se muestra dispuesto a llevar este proceso a sus últimas consecuencias para "defender sus derechos y los de sus abonados". Para ello, ya advierte de que está dispuesto a "agotar la vía administrativa". Esto es, los comités deportivos. Si la sanción se mantiene, el Sporting anuncia que "acudirá a la jurisdicción contencioso administrativa hasta conseguir dejar sin efecto la resolución".

Uno de los aspectos más curiosos de la resolución del Comité de Competición es que requiere a Clos Gómez a efecto de que identifique, en el plazo de cinco días, el sector concreto del campo del que surgieron los gritos racistas. Estos habrían emanado del fondo sur, de la zona en que se ubican los Ultra Boys. La redacción del acta de Clos Gómez también recoge que no se repitieron: "En el minuto 22 he detenido el partido durante 1 minuto debido a que desde uno de los fondos se profirieron sonidos imitando la onomatopeya del mono y dirigidos a Iñaki Williams". El aragonés recoge también que sus indicaciones se cumplieron "de manera inmediata" y que posteriormente no "volvió a producirse ningún otro incidente".

El Sporting asegura en su nota pública que "cumplió diligentemente con sus obligaciones y adoptó todas las medidas de prevención exigidas por la normativa y la legislación vigentes". Por último, el Sporting reitera su "rechazo ante cualquier ofensa, falta de respeto o muestra de intolerancia".

El Molinón tan sólo fue cerrado en una ocasión anterior, por el episodio recordado como "la navaja de Fagiani", en un partido ante el Numancia.