El Sporting parece un equipo en descomposición. La visita de la Real Sociedad, que llegó a Gijón a velocidad de crucero, como parada y fonda en su camino hacia Europa, desnudó al equipo de Abelardo. Al Sporting le falta fútbol, pero también intensidad. Es un equipo sin alma, que pierde cada disputa y que llega tarde a todas las fiestas. La dinámica es terrible. Abelardo no pudo celebrar con una victoria su partido 50 en Primera división. Lo hizo en su peor momento desde que diera el salto al primer equipo. El sábado, el máximo accionista del Sporting le reiteró su absoluta confianza.

El Sporting encadena una temible serie de nueve partidos sin ganar e iguala los números del último descenso, que se consumó en la temporada 2011-12. Entonces, igual que ahora, el equipo que dirigía Manolo Preciado había sumado 9 puntos en doce partidos. Curiosamente, aquel Sporting se encontraba fuera de los puestos de descenso, aunque empatado con un Racing de Santander antepenúltimo y con un Granada vicecolista. La clasificación, curiosamente, la cerraba la Real Sociedad con ocho puntos, aunque luego reaccionarían.

El balance de Abelardo en sus 50 partidos dirigidos en Primera División es de 12 victorias, 12 empates y 26 derrotas, con 51 goles marcados y 87 recibidos.

Lo peor no es tanto la clasificación o los resultados. Lo malo son las sensaciones de un equipo que ha perdido por completo las señas de identidad y que sigue alejándose de una afición que le ha traído en volandas.

La metamorfosis sufrida por la plantilla ha estado en cuestión en todo momento. Con un tercio de liga ya completado puede decirse que el Sporting ha perdido las virtudes que le caracterizaban, sin que se hayan visto compensadas por otras nuevas. El Sporting toca fondo y visita el Bernabéu.