La visita de Osasuna a El Molinón, en uno de esos partidos dramáticos que marcarán la suerte de ambos equipos, llega con el Sporting en un estado de hipertensión. El equipo da síntomas alarmantes dentro y fuera del campo sin que parezca que sirvan de algo los propósitos de enmienda de cada semana. Abelardo tendrá sólo dos entrenamientos para perfilar el equipo que alineará y el estilo con los que enfrentará a los rojillos. Son varias las cuestiones que tiene que dirimir el técnico para buscar una victoria que se resiste desde hace diez semanas.

El sistema. Parece claro que el Sporting recuperará ante Osasuna el sistema táctico que tan buen resultado le dio en el Santiago Bernabéu (5-4-1). Abelardo quedó muy satisfecho de las prestaciones de su equipo en Madrid y el dibujo habitual (4-2-3-1) volvió a fracasar en Copa ante el Eibar. El equipo inicial que se enfrente a los rojillos será muy parecido al del Bernabéu con pequeños matices. Todo depende del estado físico de Rachid, Moi Gómez y Duje Cop, que se espera que estén en condiciones de jugar de inicio.

La intensidad. El Sporting tiene que ser un equipo intenso para competir. Curiosamente, los rojiblancos han firmado sus mejores actuaciones cuando se han enfrentado a los equipos más poderosos de la competición: Real Madrid, Barcelona y Sevilla. El problema es que la rentabilidad de esos tres partidos fue de únicamente un punto. Ante otros equipos y principalmente lejos de El Molinón, el equipo mostró una imagen lasa que pagó muy cara.

De principio a fin. El Sporting sufre lagunas alarmantes en el inicio de muchos encuentros así como en su tramo final. En varios partidos los rojiblancos entraron ya en desventaja a las primeras de cambio. En otros, recibió goles determinantes en su fase final. El mejor ejemplo es el duelo copero ante el Eibar con un gol al segundo minuto y otro a dos minutos del final.

La estrategia. Aunque hubo algún despiste ante el Madrid, es cierto que al usar un sistema con tres centrales, el equipo gana envergadura y mejora su juego aéreo. También en Copa ante el Eibar, el Sporting estuvo más seguro en este aspecto. Se mantuvo sólido en su defensa y creó peligro en las acciones ofensivas, en las que además mostró un repertorio bastante variado. Las acciones de estrategia habían sido una de las grandes asignaturas pendientes del equipo en el inicio de Liga, pero da la sensación de que este aspecto se puede ir corrigiendo.

Los penaltis. dentro de las acciones de estrategia, los lanzamientos de penalti merecen un capítulo aparte. Al Sporting le han pitado ya cinco penaltis a favor esta temporada (cuatro en Liga y uno más en copa), con un preocupante balance de dos goles y tres errores. El primer lanzador del equipo es Cop que anotó ante Leganés y Celta y erró en el Santiago Bernabéu. Isma López falló uno ante el Athletic de Bilbao y Borja Viguera marró el que lanzó en Copa.

La eficacia. La producción ofensiva del Sporting ha aumentado de forma notable en los últimos partidos (con la excepción del choque ante la Real Sociedad). Incluso en el Bernabéu, el Sporting creó un número estimable de oportunidades. El problema ahora es una cuestión de eficacia. Y es que el Sporting necesita numerosas llegadas para hacer un gol y falla algunas oportunidades de gol claras.

La seguridad defensiva. En principio, una de las finalidades del nuevo sistema de tres centrales es la de mejorar las prestaciones defensivas del equipo. Un aspecto que siempre ha sido prioritario para Abelardo, que siempre ha mantenido la idea de que el equipo se construye desde atrás. En sus dos primeras temporadas, el Sporting fue un equipo competitivo y muy solvente en la parcela defensiva. Quizá por eso resulta más llamativo la fragilidad que acusa el equipo actualmente y que hace que a los rivales les resulta fácil marcarles goles a los rojiblancos. Muchas veces con un producción inferior a la del Sporting.