Queda claro que el partido de ayer lo decidieron los porteros. Cuéllar tuvo una mala tarde, mientras que Diego López se encuentra en un gran momento de forma. El portero gallego salvó a su equipo cuando éste lo necesitó, por ejemplo en el cabezazo impecable de Cop en el último minuto. Diego López es el nuevo ídolo de Cornellá, que coreó su nombre en el minuto 55 cuando superó el récord histórico de imbatibilidad del Espanyol de 551 minutos. El contador lo paró Duje Cop, que hizo los honores al portero con uno preciso lanzamiento de libre directo. En la otra portería la desgracia se cebó con Cuéllar. El portero estuvo desafortunado en la acción del primer gol y quedó tan afectado que se equivocó de nuevo al despejar un balón contra Caicedo, quien se ayudó de la mano para impulsarlo a la red.

Más allá de este factor diferencial, el Sporting lanzó un mensaje positivo en Cornellá, donde miró a los ojos a un Espanyol sólido. El partido parecía abocado al empate hasta esa jugada desafortunada que cambió la deriva del encuentro. El Sporting paga un alto precio por un error puntual y no consigue salir de pobre y abandonar los puestos de descenso, en los que encadena ya ocho jornadas sobre las quince disputadas.

Y sin embargo, hay motivos para el optimismo. El Sporting del primer tiempo fue un equipo serio, seguro y ambicioso. Un equipo en el que creer. Es cierto que ya antes del error en el gol, el Espanyol se había hecho con el escenario, pero los rojiblancos tenían el choque bajo control, sin apenas sufrir rasguños.

El Sporting de ayer fue también un equipo orgulloso, que terminó el encuentro en el campo rival, como hacía en los buenos tiempos el Sporting de los guajes. Bien es cierto, que los rojiblancos apenas consiguieron crear ocasiones claras de gol. La mejor fue el cabezazo de Cop que se topó con la estirada de Diego López.

Es cierto que el equipo queda en una situación delicada y que ha dejado escapar una gran oportunidad de haber dado un salto importante en la clasificación, que hubiera supuesto también un refuerzo anímico. El Sporting mereció un empate en Cornellá y con eso le hubiera bastado para terminar el año fuera de los puestos de descenso. En la situación actual, la visita del Villarreal a El Molinón se lleva de dramatismo. El Sporting cumple once meses sin ganar fuera de El Molinón. Un lastre demasiado pesado para cualquier equipo, mucho más para uno en reconstrucción.