El Sporting confía en despedirse del 2016 este sábado, en El Molinón, con una victoria que dé opción a salir de los puestos de descenso y permita cerrar de la mejor manera un año que quedará para el recuerdo por la trabajada permanencia en Primera conseguida por el conjunto rojiblanco. La visita del Villarreal incluye el reto añadido de volver a ganar en el encuentro liguero que pone punto y final al año, algo que, en Primera, se ha resistido en las últimas ocho campañas. Hay que remontarse al 2008 para encontrar la última referencia. Fue también en casa, ante el Almería, con gol de Maldonado.

El optimismo del vestuario del Sporting combate a los números y la urgencia de volver a ganar. La plantilla espera disfrutar de las vacaciones navideñas de la mejor manera posible con un triunfo liguero ante el Villarreal que aparque las exigencias sobre el duelo de Copa, ante el Eibar, que dará por cerrado, oficialmente, el 2016. El equipo defiende la mejoría experimentada a través del nuevo sistema de juego implantado por Abelardo, caracterizado por los cinco defensas, que ha permitido exprimir los recursos de la plantilla. Sin embargo, a nadie se le escapa que las cuentas no alcanzan todavía para cerrar con garantías la primera vuelta.

El Sporting suma doce puntos a falta de cuatro partidos para el ecuador de la temporada. La llegada del Villarreal precede a los duelos ante Unión Deportiva Las Palmas, Eibar y Betis, con los que se dará por zanjada la primera parte del campeonato. Quince puntos se consiguieron la pasada campaña a estas alturas la temporada pasada, un margen que marca el mínimo al que debería encomendarse el conjunto de Abelardo en la presente.

Los siete partidos que preceden a la visita de mañana del Villarreal en la que los rojiblancos intentarán repetir victoria en casa tuvieron otros tantos rivales diferentes. En 2009, los gijoneses cayeron por 2-1 en su visita al Valladolid. Tampoco pudo conseguir el triunfo antes de la Navidad de 2010, en el que los gijoneses tuvieron que conformarse con un empate en su visita al Deportivo de la Coruña. El Molinón fue el escenario del último partido de Liga en 2011, en el que el Espanyol se llevó los tres puntos tras imponerse por 1-2.

La llegada del Huesca dio el triunfo en 2012, aunque en este caso fue en Segunda, mientras que en 2013, el empate en la visita al Barcelona B impidió alcanzar el liderato en la división de plata por culpa de un gol de falta de Edu Bedia. Ya con Abelardo en el banquillo, el equipo cerró el 2014 con triunfo ante el Alcorcón, pero no pudo repetir en 2015, de vuelta en Primera División, al caer por 2-0 ante el Eibar.