"Venimos a celebrar un año más la fiesta de unidad del club, que es lo que deseamos que haya, para dar confianza al cuerpo técnico y a la plantilla del primer equipo. Y este es el primer año que convocamos a todo el fútbol base para que estén con nosotros". Javier Fernández, presidente del Sporting, resaltó la importancia de un encuentro entre todos los estamentos de la entidad con la conjura de salir del bache. El final de año no ha sido bueno para el Sporting. Si se cumplió el objetivo en la primera mitad de 2016, con la permanencia, en los últimos meses el Sporting no ha dado con la tecla, y recibirá 2017 en puestos de descenso a Segunda, y con un bagaje de 5 puntos sobre los últimos 39. Por eso, la comida navideña, celebrada en el Restaurante Bellavista, sirvió como conjura entre todos los componentes de la entidad para salir del bache.

A la comida acudieron todos los estamentos. Directiva, cuerpo técnico, primera plantilla, jugadores del filial y trabajadores del club disfrutaron de un encuentro junto a la playa de San Lorenzo. Lo hicieron después de una sesión de trabajo en Mareo que contó con cerca de una hora de charla para analizar los errores del último partido.

En la sala del restaurante habilitada para el Sporting hubo 22 mesas. La principal la ocupaban Javier Fernández, Javier Martínez, Ramón de Santiago, Fernando Losada, Germán Robles, Nico Rodríguez, Quini y Abelardo, que se sentó al lado de Javier Fernández.

En otras mesas estaban el cuerpo técnico del primer equipo, filial y categorías inferiores, mientras que los jugadores del Sporting se dividieron en dos mesas, en una estaban jugadores como Rachid, Víctor Rodríguez, Babín, Isma López, Sergio, Lora y Carmona, mientras que en la otra lo hicieron Amorebieta, Nacho Cases, Carlos Castro o Jorge Meré.

El menú para la ocasión lo componían un aperitivo de bienvenida con cucharitas de Pulpo y patatas, bombón de foie y manzana, crujiente de merluza, y langostín de queso y cherry. Después fue el turno para unos entrantes de selección de ibéricos, paté de mariscos y pescados y croquetas de jamón ibérico, antes de pasar a una crema de cigalas, solomillo de ternera con foie y salsa Pedro Ximenez. Para finalizar un postre de helado de arroz con leche y helado de leche merengada. Y todo ello regado por un vino blanco Abadía de San Campo de las Rías Baixas y un tinto rioja Baron de Ley Reserva.