"Tenía alguna oferta de fuera este verano y a lo mejor fue un error haber seguido. He escuchado que el tercer año es el más difícil para un entrenador, y conmigo ha sucedido así". Abelardo no se arrepiente del camino tomado, así como del desenlace de su etapa al frente del banquillo del Sporting, aunque en los últimos días le haya dado vueltas a todo. "No se redujo la sintonía con los jugadores. Cuando no salen los resultados, es normal que ellos tengan dudas en los planteamientos. No puedo hablar nada malo de mis futbolistas. Se han dejado la piel por mí y por el Sporting", subrayó ayer el Pitu.

Ya con más calma, y con el poso que va dando el paso del tiempo, Abelardo analizó ayer su etapa como entrenador del Sporting en el programa "Tiempo añadido" de la RPA, y algunas de las causas de que las cosas no salieran esta temporada como esperaba. "Intentamos crear una base en torno al equipo para seguir creciendo. Jony, Luis, Bernardo se tuvieron que marchar y eran importantes. Se trajeron muchos futbolistas y no he sabido sacarles rendimiento. Yo no quería traer trece futbolistas, yo quería traer cinco o seis, pero nos faltaba esa base", matizó el entrenador gijonés.

El Pitu mostró su debilidad por Jony, un jugador "al que conozco desde juveniles. Estaba gordo, aposté por él, y la gente se reía en Mareo porque quería traerle. Es el jugador al que más cariño le he cogido". Pasó de puntillas sobre su relación con el director deportivo, Nico Rodríguez. "Cada uno intentamos hacer nuestro trabajo lo mejor posible", contestó después de matizar un aspecto sobre uno de los objetivos del Sporting en el mercado invernal. Tioté es un jugador que propone la secretaría técnica, no Abelardo", aclaró. El gijonés, que espera que este verano pueda "salir algo interesante" para seguir entrenando, mostró su confianza en que el equipo se salve: "El partido ante el Leganés va a ser clave. No voy a decir que sea fácil, pero estoy convencido de que se va a lograr".