El Sporting cerró en el Benito Villamarín una primera vuelta en la que ha registrado peores números que el balance obtenido a estas alturas durante la pasada campaña, en la que finalmente se consiguió la permanencia en Primera División. Los rojiblancos hubieran igualado la puntuación de la 2015-16 de haber ganado al Betis, pero el empate dejó el casillero de puntos en 13, por los 15 sumados hace un año. Una leve diferencia que, sin embargo, se amplía notablemente cuando se mide la distancia respecto a la zona de salvación. Si el Sporting se situaba entonces a dos puntos de salir de los puestos de castigo, incluso con un partido menos por el partido ante el Barcelona que se aplazó en diciembre, ahora la diferencia es de cinco puntos.

Tres victorias y cuatro empates completan el balance positivo de una primera vuelta en la que el Sporting ha ido de más a menos. Estos números se invierte cuando se mira la campaña anterior, en la que se alcanzó el ecuador de la competición con cuatro victorias y tres empates. Los matices son más profundos cuando se le echa a un vistazo a otras cifras como los goles a favor o en contra. Ahí reside una de las explicaciones a los problemas del conjunto gijonés. El Sporting ha recibido hasta el momento 37 goles, cuando el año pasado, por estas alturas, el número era de 29. Abelardo era consciente de un déficit al que Rubi busca ahora remedio.