En mañana de febril actividad en Mareo casi pasaba inadvertida su presencia. Jorge Meré gusta de trabajar en silencio y suele conseguir todo lo que se propone. Mientras la atención se centraba en las oficinas a la espera de la inminente llegada de Lacina Traoré, Jorge Meré daba una vuelta tras otra al campo número 2 de Mareo en compañía del readaptador que forma parte del equipo de Rubi. Era el día de descanso de la plantilla pero no para el central asturiano, que trabaja al máximo para intentar estar en disposición de jugar el importante encuentro ante el Alavés del domingo.

Una vez concluido el trabajo, Jorge Meré reconoció, en una conversación informal, sentirse mejor, aunque se mostró cauto en todo momento sobre sus opciones de estar listo para jugar el domingo. Las ganas le pueden al joven futbolista rojiblanco, pero son los servicios médicos del club quienes le frenan, consciente de que en cuestiones de pubis es siempre aconsejable pecar de prudente.

Rubi tiene un problema evidente en el centro de la defensa. La lesión de Babin, que hoy podría ser sometido a una resonancia magnética para calibrar el tamaño de su rotura de fibras, deja a Fernando Amorebieta como el único central del primer equipo disponible a día de hoy.

En esta tesitura, Rubi dispone de Juan Rodríguez, central del filial, en el que no parece tener demasiada confianza después de haberlo dejado fuera de la convocatoria para Bilbao. El técnico tiene también soluciones de urgencia. La más evidente sería adaptar a Lillo al centro de la defensa, ya que el alicantino tiene experiencia en esta demarcación. Rubi ya demostró en San Mamés que ésta no es su solución favorita. La última alternativa pasaría por retrasar a uno de los pivotes. En Bilbao, el elegido fue Xavi Torres, pero también Sergio ha entrenado en esa posición.

El Sporting volverá a los entrenamiento esta mañana en Mareo con una sesión de puertas abiertas que quizá comience a despejar los planes del técnico y que servirá para ver en acción a Lacina Traoré por primera vez.