Aunque se llama Benjamín (Méndez García) es el decano, con 87 años, de la gran fiesta anual del sportinguismo, una cita repleta de historia y de grandes historias. Como la suya. La de un Benjamín al que se le anegan los ojos de gratitud en su gran día. Solicitado por la prensa atiende solícito y resume en dos pinceladas toda una vida de sportinguismo: "Quedé huérfano a los diez años. Mi padre ya era socio y cuando vi su recibo, ya sentí el sportinguismo". Su discurso se interrumpe para pedir asistencia a la numerosa familia que le arropa y pide, premioso, "el sobre". Las manos temblorosas lo abren y extraen una especie de collage formado con abonos del Sporting de distinta épocas y una foto de familia sobre el césped de El Molinón. "Por detrás vienen ya cuatro generaciones de sportinguistas", exclama henchido de orgullo. Ayer fue el gran día de Benjamín.

El suyo y el de otros veinticinco valientes que tomaron la decisión de abonarse al Sporting en 1966. El club les sorprendió ayer con la presencia de varios integrantes de aquella plantilla que perdió una promoción de ascenso con el Sevilla: Montes, Novoa, García Cuervo, Eraña, Echevarría, Alonso y Alberto, entre otros. El presidente, Javier Fernández, recordó también la labor Víctor Manuel Felgueroso al frente del club en aquella época y del entrenador Román Galarraga.

Todo el sportinguismo se concentró ayer en La Pondala. Estuvo el consejo de administración en pleno (Javier Fernández, Javier Martínez y Fernando Losada), los ejecutivos Nico Rodríguez, Ramón de Santiago y Germán Robles; el entrenador, Rubi; la junta directiva de la asociación de veteranos que preside Joaquín Alonso, el presidente de la Federación de Peñas, Jorge Guerrero, que charló distendidamente con el de Unipés, Víctor Sánchez; Quini y hasta el capellán rojiblanco, Fernando Fueyo.

La nómina de homenajeados incluyó a algún ilustre, como el expresidente rojiblanco Antonio Veiga, el exdirectivo Luis Mitre o el que fuera abogado del club Antonio Sarasúa. Con luz propia brillaron también Consuelo Rodríguez Noriega y Victoria Ferreiro, las dos únicas damas entre los homenajeados. La primera, fan de Ciriaco y exjugadora de la selección asturiana de balonmano, se hizo socia para acompañar a su marido y la segunda se abonó a los veinte años y es orgullosa abuela de dos jóvenes abonadas: "Me falló mi hija, pero es que no le gusta el fútbol".