La trifulca que tuvo lugar en la residencia del jugador del Sporting Lacina Traoré y que obligó a intervenir el pasado jueves a la Policía Nacional sigue trayendo cola. Al parecer, y según relataron fuentes cercanas a la investigación del caso, la pelea entre el futbolista y su pareja había comenzado horas antes de que se personaran los agentes en la vivienda. A eso de las nueve de la mañana, Traoré y la joven mantuvieron una fuerte pelea motivada por la decisión del jugador de quitarle a la chica las tarjetas de crédito con las que afrontaba sus gastos.

Después de la discusión, el futbolista marchó a entrenar con el equipo a Mareo, donde permaneció hasta después de comer con sus compañeros. Para su sorpresa y sin su conocimiento, su pareja telefoneó al 091, a eso de la una y media de la tarde. En su llamada, recibida en la Jefatura Superior de Policía de Oviedo, la joven aseguró que había sido agredida. Hasta el lugar de los hechos se desplazaron varias patrullas de agentes creyendo encontrarse ante un caso de violencia de género. Traoré, advertido de lo que sucedía, llegó a la vivienda poco después que los investigadores. El jugador apareció junto a Nico Rodríguez, director deportivo del Sporting, quien intentó calmar los ánimos y ayudar a aclarar los hechos ejerciendo de intérprete, ya que el jugador no habla español. Los investigadores comprobaron que la joven, supuestamente víctima de un delito, no presentaba ningún tipo de lesión. La mujer decidió abandonar la vivienda en ese momento, y rechazó presentar denuncia contra el delantero del Sporting. Cogió un taxi y se marchó a un hotel.

Nico Rodríguez explicó a los funcionarios que Traoré y su pareja mantienen una relación "tortuosa", y que no era la primera vez que la joven se iba de casa. El capítulo se cerró con el propósito de que no volviera a repetirse en el futuro.

Traoré atraviesa unas semanas delicadas en lo personal. Hace unos días, compartió con el cuerpo técnico del Sporting su inquietud por el estado de salud de uno de sus tres hijos, que residen con la madre en París. Un asunto que parece estar ya solucionado pero que hasta el propio Rubi, entrenador del equipo, reconoció que le estaba afectando.

El costamarfileño se entrenó ayer con normalidad y se le vio incluso bromear con uno de sus grandes amigos en el vestuario, Dani Ndi. Tras el ensayo, Rubi subrayó su esfuerzo y dio por zanjado el problema del futbolista y su pareja. "Ha sido el día que mejor se ha entrenado, junto al ensayo del pasado domingo. Hay gente del club que se encarga de estos temas externos. Yo, lo que hablo con él es de fútbol y de lo que tiene que hacer para estar centrado y ayudar al equipo. Sé que el tema está solucionado y ya está", sentenció el catalán.