El triunfo ante el Granada se convirtió también en el modelo a seguir para lo que resta de temporada. El Sporting consiguió ganar su primer partido esta campaña después de ir por detrás en el marcador. Una remontada que refleja el compromiso del equipo en uno de los momentos más delicados, ya que todo lo que no fuera lograr los tres puntos la pasada jornada hubiera significado un golpe moral y clasificatorio casi decisivo para quedarse fuera de la carrera por la salvación.

Rubi empieza a especializarse en derrotar a rivales directos, ya que sus dos victorias como técnico rojiblanco han llegado ante Leganés y Granada. El pleno hubiera llegado de imponerse al Dépor en El Molinón. El horizonte se vería ahora mucho más despejado de haber evitado el 0-1 ante los gallegos en el municipal gijonés. El entrenador del Sporting se mantiene fiel a su filosofía: el siguiente paso, ponerse a un partido de distancia a tres o menos puntos, de la salvación.